Dijo estar enfermo capitán imputado de aplicar tortura, apremios ilegítimos y más

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Ricardo Luengo Aracena, capitán de Carabineros, presentó a través de su abogada en el Juzgado de Garantía de Coquimbo, una licencia médica que justificó su inasistencia a la formalización de investigación en su contra, por los delitos de tortura y apremios ilegítimos.
Tales hechos habrían ocurrido los días 20 y 22 de octubre en contra del periodista Leonardo Silva y de J.A.M.A., de 28 años, al que el oficial disparó con una escopeta antimotines durante las protestas sociales.

El Tribunal fijó una nueva audiencia para el 14 enero.
La fiscal Carolina Caballero comentó que los antecedentes de la carpeta investigativa permitirán al Ministerio Público formalizar al imputado por a lo menos cuatro ilícitos.
«En la nueva audiencia lo que se pretende hacer es comunicar al imputado que se sigue una investigación en su contra por varios delitos, entre ellos los de tortura, detención ilegal y falsificación de instrumento público en relación que un parte policial no estaría cercano a la realidad de algunos hechos de la causa, además en relación a otra víctima también se le comunicará que es investigado por apremios ilegítimos, ya que son dos víctimas según nuestros antecedentes, sin perjuicio que existan otras investigaciones en contra de la misma persona», dijo la fiscal.

Por otra parte, Caballero agregó que tiene serias dudas respecto al estado de salud del oficial.

«La semana pasada me constituí en la Segunda Comisaría de Coquimbo, donde tuve contacto directo con el señor Luengo los días 18 y 19 de este mes, y en esa oportunidad yo lo vi bastante bien, por eso ahora me llama la atención que haya presentado una licencia médica para no asistir hoy, por eso también solicité una orden de detención, porque según nuestro parecer no estaba suficientemente justificada su inasistencia teniendo en consideración que la licencia no señala cuál es el diagnóstico ni el informe del médico para establecer su incapacidad para comparecer en la audiencia, aunque el Tribunal si la dio por justificada».

Además, la persecutora penal expresó que es probable que en el caso que el imputado presente otra licencia que no dé cuenta de una enfermedad complicada, es posible que el Tribunal emita una orden de arresto en contra suya, «para la próxima audiencia, si la defensa presenta una nueva licencia, solicitaremos que adjunte el informe médico que justifique cuál es la incapacidad que presente y que le impida asistir al Juzgado».

El abogado coordinador del Centro de Atención a Víctimas, Efraín Villalobos, que asiste a Leonardo Silva, refirió que además del ilícito de apremios ilegítimos que habría sido cometido en contra del periodista, también habría ocurrido un atentado en contra de la libertad de prensa, agregando que por este motivo de haber informado de distintos operativos policiales previos, al aparecer hubo una posible planificación previa para controlarlo, «aquí también se ha afectado el derecho a informar de la prensa, y además, durante los hechos, no se respetó la circunstancia de que él (Silva) se encontraba con salvoconducto, y de acuerdo al relato de la víctima, nos parece sumamente relevante que la acción policial no es espontánea o que la acción hubiera ocurrido de un momento a otro, por cuanto en la secuencia de los hechos grabados en el registro audiovisual realizado por la víctima, hay hitos importantes en un tiempo determinado, lo que permite formarse la idea de que hubo una preparación previa. Además que hay una falta de justificación del acto mismo en la actuación de los policías, ya que cuando la víctima es agredida no se observa peligro ni ninguna circunstancia razonable que justifique su proceder».

Silva, que estuvo presente en la audiencia, relató los difíciles momentos que vivió al instante de ser fiscalizado por un grupo de Carabineros entre los que estaba el capitán Luengo, a las 21:00 del 22 de octubre, en el paso de nivel frente al Hospital San Pablo, cuando emitía con salvoconducto registros en video de los operativos policiales para disuadir a manifestantes durante el toque de queda, para el canal de Internet de la emisora donde laboraba.

«Obviamente tuve mucho miedo cuando me puso el fusil en la cabeza, aunque no sé cómo se llama el arma, y eso para mí fue una situación muy compleja, muy dura, ya que nadie podría sentir más que temor al ver un arma sobre la cabeza, por eso yo espero que sea desarrollado un juicio para buscar una condena por esto, pero lo más importante para mí es que él (Luengo) se haga un tratamiento sicológico».

También hizo ver que la fiscalización de su identidad derivó en la agresión donde fue golpeado con la escopeta en la espalda y en la cabeza, provocándole lesiones, habría sido una suerte de «pasada de cuenta» por haber registrado distintos arrestos de personas que fueron reducidos de forma violenta.

«Acá hay una situación premeditada, ya que tuve contacto con el contingente de Carabineros durante todo el transcurso del día 22 y en los días previos, y ellos me vieron efectuando mi trabajo periodístico. Todo eso está en registros, en una transmisión en vivo del radio de unos 29 minutos que da cuenta de distintos hechos, y cerca del hospital me piden que deje de grabar y me atraviesan un camión de traslado de imputados durante 20 minutos y ningún Carabinero se bajó a controlarme ahí. Pero después viene el control mismo, donde en la misma transmisión se escucha que un Carabinero dice, «viene grabando desde el hospital» y mi pregunta es porque no lo hicieron antes, sino que fue justo ahí». relata Silva.

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