La iniciativa contó como objetivos rescatar la sabiduría ancestral del pueblo mapuche a través de su lenguaje, historia, cosmovisión, alimentación, vestimenta y juegos típicos, pero sobre todo en la forma que ellos valoran el cuidado y respeto por nuestra tierra ya que se relaciona con la línea de la escuela que es medioambientalista, en actividades que involucraban no sólo a los niños entre los tres y cinco años, si no que también a sus familias y personal del establecimiento.
A cargo de ejecutar la actividad estuvo el encargado comunal de los pueblos originarios Jaime Jiménez Cortés, quién expuso teórica y prácticamente todos sus conocimientos, logrando la atención de cada núcleo familiar.
La directora del establecimiento, Carolina Vega Araya destacó que este tipo de actividades buscan inculcar en los niños la importancia de la identidad, para desde ahí construir una vida llena de nuevos conocimientos, sin desconocer nuestros antepasados. «Quisimos incluir a las familias en este proyecto porque así en el hogar se puede reafirmar lo aprendido, sintonizando la misma idea raíz de rescatar y recordad de dónde venimos».
Dentro de los distintos aprendizajes, el que más llamó la atención fue el juego del palín, que hace siglos nació como una necesidad de los mapuches para resolver conflictos de sus comunidades. Luego de una explicación niños y adultos disfrutaron jugándolo, deporte que desde ahora será un juego cotidiano en el establecimiento.
