«Hemos tenido una leve disminución, pero es muy temprano para decir cómo vamos, son por lo menos tres semanas»

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Cuando se cumple el segundo fin de semana de cuarentena obligatoria para las comunas de La Serena y Coquimbo, el seremi de Salud, Alejandro García, comenta que todavía es muy pronto para saber si ha sido efectiva la medida, pero da luces que los números han ido bajando y ya durante la tercera semana de confinamiento se podría evaluar si sigue o no.
«Ya avanzada la cuarentena, hemos visto con bastante tranquilidad que la comunidad se ha portado muy bien, ha respondido respecto a quedarse en sus casas, a respetar la medida, y eso lleva a que la movilidad en los centros, en las calles y en distintas partes disminuya bastante, y es muy bueno lo que se ha visto», señala respecto al confinamiento obligatorio el seremi de Salud, Alejandro García, en entrevista con LA REGIÓN.

La autoridad enfatiza que la medida va de la mano con la seguridad y el trabajo que han hecho con Carabineros, el Ejército y la PDI, «nos han ayudado desde que se inició la pandemia, ellos también llevan un reporte diario y ahí uno ve cómo se comporta la comunidad durante la cuarentena y también durante el toque de queda» sostiene.
Y agrega que «hemos visto que ha ido disminuyendo la cantidad de personas que infringen la ley, al no tener los permisos específicos y eso va de la mano con el porcentaje de disminución que hemos tenido de movilidad, que ha sido muy positivo».

¿En qué punto estamos?

Respecto al avance de la enfermedad, comenta que «hemos tenido una leve disminución, pero es muy temprano todavía para poder decir cómo vamos, y para tener una estimación mucho más clara son por lo menos tres semanas para pasar de la cuarentena a la segunda fase, es lo mínimo que se solicita…».

«Por lo menos hemos visto una disminución con respecto a la cantidad de positividad de las PCR y eso va de la mano con los casos activos, por ejemplo cuando estamos en plena pandemia teníamos aproximadamente entre 14 a 18% de positividad, posteriormente, cuando solicitamos la cuarentena en la conurbación, estábamos entre un 20 y 25%, habíamos subido y nos llamó mucho la atención», sostiene.

Y enfatiza en que «hoy en día, la menor positividad ha bordeado el 8%, es decir una muy buena cifra y el máximo un 15%, y nos estamos movimiento entre esos valores, que nos permiten evaluar si se termina o no la cuarentena».

Criterios para evaluar
el fin del confinamiento

Consultado por los criterios que se evalúan para que la cuarentena llegue a su fin, explica que la ocupación de las camas críticas no debe ser mayor al 90%, el otro punto es el «R efectivo», que es la capacidad que tiene una persona de infectar a otra, «nosotros llegamos aquí en nuestra región a que cada persona podía infectar entre 4 o 5 más por cada positivo, hoy en este momento llevamos casi una semana donde ese número ha sido menor a uno (0,8%) y no alcanza a infectar a otra».

Los otros indicadores son la tasa de casos activos, que debería mantenerse en disminución por lo menos tres semanas, «por eso ahora no se puede decir, porque llevamos 9 días de cuarentena, es muy temprano», comenta.

«La positividad regional debería ser igual o menor al 15%, y el otro aspecto es el seguimiento de casos confirmados a las 48 horas, que debería ser superior al 80% y nosotros estamos bordeando el 90%, que es una buena cifra», agrega.
Y sostiene que hay otros parámetros como la estrategia TTA (testeo, trazabilidad y aislamiento), «ahí hay algunas cifras que debemos mejorar, como por ejemplo el seguimiento de los casos a través del tiempo, pues estamos bajo el 80% y ahí deberíamos subir».

«Son 7 parámetros globales que se relacionan con los otros y no es la fotografía del día, sino que de tres semanas», enfatiza.

Movilidad: 50% menos

Dentro de los barrios, donde por razones evidentes no puede haber un militar o un carabinero en cada esquina, la autoridad sanitaria comenta que se ha visto un aumento, «eso se entiende porque si una persona tiene que sacar dos permisos a la semana y va al supermercado una vez o dos veces, pero sin embargo si se le acaba el pan, la harina o alguna bebida, va dentro de su barrio».

«No significa que las personas dentro de su barrio no tengan que utilizar su permiso, deben hacerlo pero no lo usan y ahí se ve una mayor movilidad interna porque no van a los centros o los supermercados, se una movilidad pero menor a lo normal», comenta.
Dentro de la movilidad en general, explica que hay varios parámetros para medirla y uno de ellos es el que entrega el seremi de Economía con respecto a la cantidad de personas que asisten a los supermercados, farmacias o las grandes ferreterías, en donde se ha evidenciado una disminución aproximada de un 50% de asistencia.

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