Ingreso Familiar de Emergencia beneficiaría a 81.700 personas en la región

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Carol Bown, actual subsecretaria de la Niñez y quien tiene vocería respecto al proyecto de ingreso familiar de emergencia, dialogó con LA REGIÓN
para ver los alcances que tendrá esta iniciativa y los caminos que debe sortear para lograr concretarse.

A fines de abril comenzó la tramitación legislativa del proyecto de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), iniciativa que forma parte del conjunto de medidas que el Gobierno ha implementado para proteger a los hogares con ingresos mayoritariamente informales y que han visto afectadas sus fuentes de ingresos por los efectos socioeconómicos de la pandemia producida por la enfermedad denominada Covid-19.

En conversación con Carol Bown, subsecretaria de la Niñez y encargada de representar al gobierno en esta iniciativa, explica que «las personas que se verán beneficiadas son los que tienen ingresos informales, que son el 60% más vulnerable».

Bown enfatiza en que si bien ya se habían tomado medidas para los formales, como la ley de protección al empleo, la devolución anticipada de la retención de impuestos, el proyecto que entrega el fondo de garantía para los pequeños empresarios y también se había pagado el bono Covid, faltaban todavía los informales.

«Son aquellas personas que tienen ingresos mayoritariamente informal y que están en situación de alta vulnerabilidad, además otros tienen una pensión muy baja u hogares que tienen un ingreso formal pero no es suficiente», señala.

Respecto a lo que se entiende por ingreso informal, la subsecretaria explica que son los trabajadores por cuenta propia, como los que hacen fletes, aquellos que venden almuerzos desde sus hogares, jardineros, entre tantos más, «en general no tienen una pequeña empresa ni nada a través de lo que podamos tener constancia que tienen ingresos como facturas o boletas», sostiene.

En relación a los beneficiados, señala que hay que estar en el 60% más vulnerable, y eso incluye a 1 millón 780 mil hogares, que son en promedio 2,5 personas por cada hogar, «el 63% de los potenciales beneficiarios son mujeres, porque la informalidad está más dada en el caso de ellas».

En el caso de la región de Coquimbo se espera que lo reciban cerca de 81.700 personas.
En cuanto a los montos, depende de la vulnerabilidad y con mayor riesgo más ingresos, por ejemplo una persona que esté en el 40% más pobre va a recibir 65 mil pesos el primer mes y una persona que esté entre el 41% y 60% más pobre recibirá 43 mil pesos el primer mes.
«Los siguientes meses, porque se pagará en tres cuotas, va bajando el monto, al 80% el segundo mes y el tercero será de un 70%», dice.

Consultada por la tramitación, señala que «existe y ha existido cierta presión de la oposición por aumentar estos gastos, sin embargo cuando hacemos los cálculos numéricos de todo lo que implica esto, la verdad es que estamos siendo súper responsables, porque esta es una de las medidas que se han tomado de muchas otras, y esta medida implica 300 millones de dólares y sacar más plata aparte de eso es muy complejo».

«Se han planteado de parte de algunos que deberían ser 500 mil pesos y eso son 4 mil millones de dólares, y de dónde lo sacamos… nos encantaría poder aumentar estos recursos, pero sabemos que se puede ir acentuando la crisis producto del Coronavirus, y eso nos puede llevar a tomar otras decisiones que también van a requerir gastos».

Vuelta a clases desde la
Subsecretaría de la Niñez

Respecto al retorno a clases, la subsecretaria comenta que «en las conversaciones que tenemos en forma permanente con el Ministerio de Educación lo que procuramos siempre es la protección de los niños, pero nos parece importante que aprendan lo más posible y se atrasen lo que menos puedan, por eso entendemos que debe haber un regreso paulatino y organizado para proteger la salud tanto de los niños como de quienes viven con ellos».

«Por otra parte, también hemos dicho que cuando se mantenga la cuarentena o el teletrabajo, tenemos que no sobre exigirnos, ni los padres o cuidadores, ni los niños, porque sabemos que lo que se retrasen en los estudios se puede recuperar de alguna forma con planes para eso, pero los quiebres familiares o estreses innecesarios, los problemas de salud mental por no lograr algunos objetivos que no hemos planteado como familia, pueden ser mucho más duraderos en el tiempo y difíciles de resolver que ponerse al día en una materia», concluye.

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