Jeremías Israel dice que “no es fácil” resumir todas las ventajas que le traerá su fichaje por Honda como piloto oficial para el Dakar. El nacional, quien ayer abandonó el Atacama Rally por dolores, asegura que “es la primera vez que tengo esa oportunidad y de a poco voy tomando el feeling de la moto y del equipo. No puedo decir cuál será realmente ese beneficio”, explica.
Lo que sí sabe Israel es que su vida como piloto cambió. “Sé la estructura que hay; experiencia, trabajo, recursos, y no hablo sólo del dinero, sino recursos en ingenieros, en partes de una moto, en opción de desarrollar cosas nuevas, de pedirlas. Finalmente todo esto se traduce en una moto que va con lo mejor y un montón de cosas especialmente hechas para uno”, sentencia.
El penquista no ha podido subirse mucho a la moto que utilizará en el Dakar. “En Marruecos fue donde más kilómetros le hice. Es una moto increíble. Es una de las cosas lindas que tiene este deporte, uno no sabe cuál es la diferencia hasta que tiene la oportunidad de ir arriba de una moto oficial. Yo este año fui con un muy buen equipo, pero hoy veo diferencias y es difícil de explicar, son muchas cosas que aún se pueden hacer para mejorar y es un proceso que nunca termina. Es la gracia de estar con un equipo detrás, en este caso HRC, que está siempre trabajando, uno les dice algo y a la siguiente vez que los ves aparecen con un nuevo aparato”.
Israel tiene una responsabilidad grande. “En el Dakar, la meta y el objetivo es ganar y para eso estamos trabajando”, explica. “Han hecho un tremendo esfuerzo, han ido evolucionando rápido. El primer año no fue de gran impacto, pero el segundo fue increíble. El mismo Jean Barreda ganó una buena cantidad de etapas y pudo llevarse el primer lugar”.