Párroco de Andacollo: «Muchas veces nuestra fe se desvía contaminada por las tradiciones, por la devoción»

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El Santuario de Andacollo hace 12 meses que tiene al sacerdote claretiano Adam Bartyzol, misionero polaco, como párroco y rector. En Chile lleva casi 13 años, donde queremos acercarnos a Jesús, ya que sabemos que ella no es el centro de nuestra fe, aunque está en el centro; ella no es camino, aunque nos lleva por este camino. Aunque la queremos mucho, ella nos enseña la verdad que para nosotros es Jesús».

¿ No es tan devoto de la Virgen, parece?
«Lo que pasa es que la Iglesia Católica se concentra en la fe de Cristo y ahí comienza todo. Todo por él y todo para él. Muchas veces nuestra fe a veces se desvía y está contaminada por las tradiciones, por la devoción y necesidades propias, pero tenemos que renovar esa fe, todo concentrado en Jesús. La Virgen no hace milagros, ella acude a Jesús y pide para que nosotros nos acerquemos a él y que lo escuchemos. Está como la sombra, la verdadera madre, como modelo y nos lleva a Jesús. Todo el cariño que le brindamos es por Jesús y si lo queremos a él, también queremos a la madre».

¿Si no hace milagros entonces ¿por qué uno la venera tanto?
«Hay que entender que el espíritu latino, el chileno, de lo que conozco y de alguna manera somos muy semejantes, necesitamos de alguna manera la maternidad, esa cercanía de madre, puesto que el papel de la madre en la familia es súper importante, porque puede fallar todo en la vida, a veces hasta los padres, incluso, pero la madre prácticamente nunca. En ese sentido es la que nos abre el camino, la que nos enseña, nos toma de la mano, nos reta por el bien propio. En virtud de ello, la devoción va por este camino. Todo lo que tiene María es por Dios y gracias a Dios».

¿Qué le parece todo el escándalo en que se han visto involucrados algunos sacerdotes chilenos?
«Hay que ponerse en el contexto del mundo y de la vida. Estamos acá y no hay que negarla. Luchamos por el bien, pero como personas humanas también tenemos esa parte negativa, con debilidades y siempre a lo largo de la historia de la humanidad, como también en la Iglesia. Formo parte de este mundo, de esta familia, y esto nos ayuda a crecer, a cambiar y para que el árbol crezca bien hay que podarlo para que dé un fruto mejor. Cuando hay cosas negativas el mal siempre es más gritón que el bien, no es humilde. Yo lo tomo como parte de nuestras vidas y desde un punto que nos debe motivar y seguir con lo bueno, con lo mejor».

Eso de podar el árbol es que hay que sacar lo malo, ¿verdad?
«Obviamente, aunque no soy quién para juzgar a nadie. Pero si existen momentos para que la justicia juzgue a alguien, que lo haga, debido a que no hay nadie que deba estar por encima de las leyes. Sin embargo, no podemos mirar solamente la vida desde este punto de vista. Justamente en el momento en que existen muchas luchas, críticas, entramos en una ola, pero hay que luchar por el bien».

Artista de diseño, de dibujo…

Además de sacerdote, Adam Bartyzol también es periodista, un apostolado, un colega. Por lo mismo, la pregunta era obvia.

¿Es verdad que despidió a personas de la parroquia?
(Ríe) Estudié periodismo, pero más soy un poco de artista, puesto que toda mi familia es artista de diseño, de dibujo. Justamente ahora estoy en los cerros haciendo unas grabaciones para un video que vamos a presentar el día 24 sobre la Basílica, ya que este 26 de diciembre estamos celebrando 125 años del templo, de un templo hermoso y con tanta historia en Chile…».

¿Pero es verdad que despidió a algunas personas?
«Con el cargo de párroco, de rector, tengo una cierta visión de trabajo y donde cada uno llega con una buena voluntad para avanzar. Ninguno de nosotros y lo siento así, no parte de cero. Entonces destaco y creo que también pongo acento en lo positivo de lo que se había realizado hasta ahora. Sin embargo, la vida te demuestra también una cierta experiencia, observaciones y que algunas cosas hay que purificar y donde hay que cambiar para avanzar. Entonces estamos mejorando algunas posiciones tanto en el santuario como en la parroquia.

¿Y cuántas personas fueron despedidas?

«Despedí a dos personas, pero la cosa no es secreta y tampoco un misterio. Menos lo ocultaré y mentiré respecto al tema. Yo tomo algunas decisiones y creo que tengo absolutamente derecho y obligación para mejorar la situación de hacer algunos pequeños cambios y eso es normal en la vida. En la sociedad pasa lo mismo y no lo veo como un drama. Claro, para las personas es una situación compleja y lo reconozco, ya que en todas partes pasa lo mismo, pues se te cambia el mundo y hoy no es fácil encontrar trabajo, porque cada vez se ponen más condiciones y más exigencias, así que es difícil, pero al mismo tiempo hay que reconocer que como seres humanos algunas veces nos acostumbramos y no hacemos bien la tarea que nos corresponde, por lo tanto en ese sentido hay que hacer un cambio».

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