Roberto Jacob: «O nos ponemos firmes todos, o retiro a los inspectores de la calle»

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Alcalde de la Serena asegura
que en el conflicto con el comercio ambulante «estamos solos»,
y para evitar más agresiones a sus funcionarios «tuve que comprarles chalecos
antipunzantes, pues estas personas andan armados», dice.

Una pelea que, además, dice que poco puede hacer, «porque es un movimiento nacional, ya que si te das cuenta las protestas son coordinadas casi los mismos días en Santiago, acá en La Serena, y en diferentes lugares».

Su gestión lo llevará a postular a un tercer periodo -y hasta hora sin rivales- pero es sin duda el comercio ilícito su talón de Aquiles. Porque así lo han hecho sentir los vecinos y los comerciantes establecidos, quienes denuncian sentirse «abandonados» e «inseguros».
La semana pasada, un centenar se manifestó para pedir permisos y seguir trabajando. «Esto se fue de las manos», dijo un comerciante establecido.

Una frase que, sin duda, el edil comparte. «Sí, se nos fue de las manos, y a todos, porque esto cada día aumenta más. Antes eran 15, 20 y hoy son 150 y la mitad son extranjeros. Nadie les puede permitir que vengan a ejercer una actividad que es ilegal».

Como ya es costumbre, los puestos se instalan en el centro, principalmente en calle Cordovez. Venden pese a la presencia de inspectores. Todo mientras siguen esperando una respuesta del municipio a su reclamo de permisos, más ahora en Navidad.

«Revisé la lista de los que presentaron -permiso para la Navidad- y casi ninguno es de acá, sino de Santiago, extranjeros, de Coquimbo, y los menos de La Serena, por lo tanto no reúnen las condiciones. Pero eso tenemos que conversarlo y ver si podemos darles una autorización, pero no puedo aceptar presiones».

Asegura que reuniones han tenido. Y no una, sino varias. Incluso «se les ha ofrecido terrenos, sobre todo a quienes trabajan en verdulería, pero lo han desechado. Entonces no sé lo que quieren, pero da la impresión que simplemente desean seguir en las calles de manera ilegal y nosotros no estamos de acuerdo con eso, menos cuando lo han pasado mal los comerciantes que pagan su patente, que pagan su permiso, ahora con la pandemia y antes con el estallido social». Los ambulantes con permiso son 54, «pero eso no significa que todo el mundo puede venirse a trabajar al centro, y es porque quieren hacerlo para no pagar impuestos», precisa.

Al final, reconoce Jacob que en este conflicto «el municipio está solo y es fácil hablar -las demás autoridades- porque no están en el pellejo. Imagínate que los inspectores no pueden detener, no pueden pedir el carné porque tampoco se los pasan y son agredidos. Tuve que comprarles chalecos antipunzantes, pues estas personas andan armados con punzones, atacan los vehículos y quieren que lo solucione yo. Creo que llegó el momento de ponernos serios y hay otros organismos que tienen que actuar, como el Servicio de Salud, la PDI, Carabineros…».

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