Vándalos destruyen centro médico de Coquimbo y queman especies robadas

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La delincuencia que se repite cada noche en los mismos barrios, aumenta su intensidad sin respetar templos, comercio o clínicas, como fue el caso de una de calle Alessandri de Coquimbo, atacada el día lunes por la noche.

Ese día, no fueron más de veinte los desadaptados que levantaron barricadas incendiarias en varios cruces cercanos al hospital San Pablo, provocando densas humaredas negras. Actuaron con total impunidad, pues en las dos horas del violento accionar no hubo presencia policial.

Destruyeron señalética de tránsito, parte de la cual lanzaron desde la altura a la ruta 5, con el consiguiente peligro que ello representa para los vehículos. Las barricadas frente al hospital constituyen un gravísimo atentado, toda vez que no permitían el libre tránsito de las ambulancias.

No conformes con todos estos daños, la turba se trasladó a Avenida Alessandri, donde atacaron el centro médico y radiológico privado ImagenSalud.

Destruyeron y robaron especies diversas, como muebles, archivadores, alfombras, etc., parte de lo cual les sirvió para armar otra fogata en el mismo sector, distante no más de una cuadra del hospital San Pablo.

El accionar de los antisociales duró cerca de media hora, hasta que algunos vecinos comenzaron a grabarlos con celulares a modo «funarlos», mientras daban cuenta a las autoridades.

Finalmente ahuyentaron al grupo de delincuentes, lo que permitió a los mismos pobladores apagar las barricadas, arrojándoles agua y sacando escombros dejados en la calzada.
Desde la clínica declinaron formular declaraciones, pues estaban abocados a normalizar cuanto antes los servicios. Se dijo, sin embargo, que las péridas eran cuantiosas, y que, en todo caso, no se había visto afectada la batería de equipos técnicos.

EN EL HOSPITAL:

Por otro lado, en urgencia del Hospital San Pablo se viven horas muy tensas cada noche, porque los pacientes deben luchar además contra el aire altamente contaminado producto de la quema de neumáticos.

Varios funcionarios se acercaron al periodista que reporteaba estos hechos para pedir de manera anónima, «enviar un mensaje a las autoridades para que tomen medidas… no puede ser que esos malandrines actuen impunemente sin la presencia de Carabineros»…
Gente del mismo recinto asistencial nos decían que ese grupo se comunica con gritos y silbidos, y que serían los mismos todas las noches. «Cabros jóvenes que conocen bien el terreno, son de acá de Coquimbo, sin duda, pero no se dan cuenta del tremendo daño que provocan».

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