Vecina porteña que tiene más de 100 años fue saludada por el edil Cristian Galleguillos

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6Jovial  y  «echando la talla a medio mundo», como testimonia su sobrina, Elsa León, la octogenaria vecina coquimbana Margarita Jesús Vivanco, quien fue inscrita en el Registro Civil el 5 de septiembre de 1911, cuando ya tenía 5 años, por lo que tendría en realidad 107 años de edad, recibió en su casa de calle Francisco Bilbao el saludo y la visita del alcalde de Coquimbo, Cristian Galleguillos, de su esposa Carol Davies, del dirigente de la Junta de Vecinos Nuevo Proyecto, Julio Jarpa y de los socios de la entidad vecinal.

Si bien la señorita  Margarita, que es su estado civil, no puede desplazarse de su cama por sus medios, debido a su avanzada edad, sonrió  permanentemente al verse rodeada de tantas amistades y parientes, que le expresaron su afecto, estrechando la mano de todos.

Pero la visita no fue todo, ya que fue  agasajada con un rica torta y ramilletes de flores, mientras que  el gerente de una cercana multitienda le entregó un presente sorpresa.

Integrante de familia de fuerte raigambre porteña

Elsa León Espinosa, sobrina de la señorita Margarita, recordó  que su grupo familiar tiene una importante raíz coquimbana.

Es así que la madre de la adulta mayor fue María Espinosa, quien junto a su marido, el empresario Isaías Vivanco, eran dueños de la recordada pensión local, «La Antofagastina», nombre puesto en honor a la zona de la que eran originarios.

Sin embargo en 1922, debido al maremoto que afectó en esa fecha a la ciudad, la pensión que estaba en la zona del centro, frente a la costa, fue destruida.

Pero, a pesar de la difícil situación, Isaías Vivanco y su esposa levantaron un nuevo local de hospedaje llamado La  Antofagastina II, en el área cercana al Empalme funcionando por muchos años allí hasta su cierre.

Otra anécdota contada por la señora Elsa, que da cuenta del buen humor de su tía, fue que en una oportunidad durmió por cerca de dos días sin despertar, razón por la cual llamó a un médico que la revisó, determinando que estaba sin problemas y que despertaría sola, como  finalmente ocurrió.

Posteriormente en otra visita, el galeno le comentó a su paciente que la había destapado para examinarla y que ella no se había dado cuenta, a lo que la adulta mayor, le dijo «seguro que no lo iba a sentir»  entre risas.

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