El capitán Eduardo Garrido, jefe de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito de La Serena, atribuye el aumento del 94% en fallecimientos principalmente a fallas humanas como exceso de velocidad, conducción bajo efectos de alcohol y drogas, y falta de atención a las condiciones del tránsito. La ruralidad también se ha convertido en un foco preocupante.

Por Joaquín López Barraza

Con una cifra que califica de alarmante, el capitán Eduardo Garrido, jefe de la SIAT de Carabineros de La Serena, entregó un balance preocupante sobre la evolución de los accidentes de tránsito en lo que va del año.

«Hasta el día de hoy llevamos 64 fallecidos por accidentes de tránsito. Mantenemos 31 más que a la misma fecha del año pasado, lo que equivale a un 94% más. Es casi el doble», sostuvo el oficial.

Garrido remarcó que este incremento no se explica por factores técnicos o fallas estructurales, sino por errores humanos. «La velocidad no razonable, la conducción no atenta a las condiciones del tránsito y la conducción en estado de ebriedad son las principales causas de estos hechos», explicó. A eso se suma otro fenómeno: viajes mal planificados que derivan en conductores cansados y somnolientos, especialmente en horarios nocturnos.

Una de las principales alertas, sin embargo, es el aumento sostenido del consumo de drogas al volante. «Antes uno se enfocaba en el alcohol. Ahora los conductores están mezclando alcohol con drogas, o simplemente manejan bajo efectos de marihuana, cocaína, anfetaminas. Nos seguimos encontrando con muchas sorpresas», advirtió.

Sectores rurales bajo la lupa

A diferencia de lo que muchas veces se cree, la mayoría de los accidentes fatales en la región no involucran turistas, sino habitantes locales. «Los que están muriendo son personas de acá, de la región. Son usuarios habituales de estas rutas», señaló Garrido. Eso incluye trabajadores, estudiantes y familias que se desplazan cotidianamente entre comunas o hacia zonas interiores.

En ese sentido, el capitán enfatizó que los siniestros tienden a ocurrir con mayor frecuencia en rutas interurbanas y sectores rurales. «No es tanto la zona urbana. Los accidentes se están produciendo en sectores rurales», afirmó, agregando que en esas áreas muchas veces hay una falsa sensación de libertad: «Puede que el conductor lo asocie al menor control, y se sienta con mayor libertad para cometer infracciones o ser más irresponsable».

El peatón también está en riesgo

Las cifras también preocupan en cuanto a los peatones. La SIAT ha registrado 34 accidentes con personas a pie involucradas, en varios casos con resultado fatal. «Un vehículo que va a 100 km/h no le da ninguna posibilidad de sobrevivir a un peatón», lamentó Garrido.

Las causas apuntan a cruces por sectores no habilitados y falta de elementos reflectantes, especialmente en caminos rurales. «Uno entiende que la ruralidad hace más complejo el cruce, pero los peatones también deben observar su entorno antes de atravesar una carretera, usar linternas o elementos visibles si es de noche», recomendó.

Lluvias y malas prácticas

Con la llegada del invierno, las condiciones climáticas agravan los riesgos. «En días de lluvia la velocidad debe ser aún menor, aunque la señal diga 70 u 80. La distancia de frenado aumenta, el asfalto se vuelve resbaloso y la adherencia del neumático disminuye», explicó. Incluso recordó que salpicar a peatones también constituye una infracción.

Consultado sobre qué hacer si un conductor moja a un peatón al pasar por una poza, el capitán aclaró: «Si se tiene la patente del vehículo, la denuncia se puede hacer con inspectores municipales, directamente en una unidad policial o a través de cualquier patrulla cercana».

Pero más allá de la lluvia, Garrido expresó preocupación por el regreso de malas costumbres: «Seguimos detectando niños en brazos en el asiento delantero. Muchos piensan que nunca les va a pasar nada, pero ahí está el riesgo. El cinturón y los sistemas de retención infantil salvan vidas».

Llamado a la conciencia

Aunque reconoció que las capacidades de control policial no alcanzan todos los territorios, insistió en que la seguridad vial parte desde la responsabilidad individual. «Nos gustaría llegar a todos los sectores, pero esto parte desde la casa. La prevención debe empezar ahí, conversarlo en familia», enfatizó.

Finalmente, recordó que Chile está suscrito a un plan nacional que busca reducir las muertes por siniestros viales al año 2030. Sin embargo, el camino no será fácil. «Esta es otra pandemia: la de los fallecidos en accidentes de tránsito. Y hay que frenarla», concluyó.

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