Algo no cuadra a Huaiquimilla: Primero la Milanka y ahora su oficina

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El Encargado de Asuntos Indígenas en el municipio de La Serena, todavía siente impotencia por la reacción vandálica de encapuchados, que este martes no solamente saquearon sus oficinas en la ex estación de ferrocarriles, sino que también la quemaron.

Estaba con su bandera, manifestándose, cuando le avisaron. Así que partió raudo entre la multitud, pero nada pudo hacer. El daño estaba hecho. Su oficina de asuntos indígenas estaba destruida. Por eso, Cristian Huaiquimilla, encargado de asuntos indígenas, ese día martes cerca de las 7 de la tarde, cuando ocurrió todo, estaba ofuscado. Tuvo que ser calmado y sacado del lugar.

Este miércoles, ya más tranquilo, aunque con la misma impotencia de ese día, comentó que «después de una histórica marcha en La Serena, lamentablemente de lo más importante que se hable sean de los saqueos a las oficinas municipales que, por lo general, ayudan bastante a la comunidad».

Porque en el tema «de nuestra oficina», explica Huaiquimilla, que «prácticamente era la casa de los pueblos indígenas, pero sin embargo hay que recuperarse y seguir trabajando, ya que no es la primera vez que nos pasa una situación de esta naturaleza como pueblo indígena».

No obstante, y entrando en la teoría de las conspiraciones, como bien sabe Salfate, a Huaiquimilla le llama la atención que hace poco hayan quemado a la Milanka (mujer diaguita) -monumento que reemplazaba a la figura del conquistador español Francisco de Aguirre, quemado en una manifestación- y ahora le tocó a la oficina de asuntos indígenas, «puesto que de verdad que se ensañaron».

Pero también, reconoce, viendo la televisión -y siguiendo con las teorías de las conspiraciones (ríe)- «te das cuenta de que en muchas partes Carabineros se replegó y no reaccionó. Esto ocurrió entre las 6 y 7 de la tarde, y a nivel nacional justamente a esa hora no hicieron nada, cuando acá han sido capaces de dispersar números más grandes. Pero bueno, como pertenecientes a los grupos originarios queremos que esto se levante lo más rápido posible y seguir con más fuerza».

La rabia de Huaiquimilla radica en que se ensañaron con el espacio que le sirve a la misma comunidad, «debido a que en este edificio prácticamente todos estaban en movilizaciones, en paros, y nosotros como pueblos indígenas ya hemos desarrollado dos encuentros autoconvocados para ver el tema de cómo mejorar el país, y que después aparezcan personajes destruyendo todo, de verdad que llama la atención, porque al final si te pones a analizar nos quieren poner en contra, por lo tanto debiéramos poder seguir manifestándonos y controlar todo lo que es desorden, porque eso no favorece a que existan cambios reales».

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