En medio del crecimiento urbano de la región, el seremi de Obras Públicas, Javier Sandoval, planteó abrir el debate sobre el moderno concepto como una forma de planificar mejor la urbe y lograr una mayor calidad de vida

Por: Valentina Echeverría O.

¿Se imagina poder acceder a supermercados, farmacias, escuelas o servicios de salud en solo 15 minutos y desde cualquier lugar sin necesidad de largos desplazamientos? Esa es la premisa detrás del concepto de ciudades inteligentes, también conocidas como ciudades de 15 minutos, un modelo urbano que busca mejorar la calidad de vida de las personas mediante una planificación eficiente, sustentable y centrada en sus habitantes.

Este enfoque, que ya ha sido aplicado en grandes capitales del mundo como París, Tokio o Londres, propone una ciudad funcional y equitativa, donde todo lo esencial esté al alcance de la comunidad y aunque pueda parecer una realidad lejana, el seremi de Obras Públicas, Javier Sandoval, ha pensado en este concepto en una posible oportunidad para la región de Coquimbo.

Pensando en que este tipo de urbes deben ser estructuradas desde sus inicios, la autoridad aseguró que «La Serena, por ejemplo, comparada con Santiago, es una ciudad joven a pesar de tener una historia antigua, pues hay proyectos que recién se están desarrollando por primera vez», planteando que la región aún está a tiempo de construir bajo esta premisa.

Para Sandoval, el gran valor de este enfoque es la posibilidad de hacer las cosas bien desde el inicio, puntualizando que «esta es la oportunidad para pensar la ciudad y dejar los proyectos bien hechos. Y no solo eso: también empezar a pensar cómo un proyecto potencia a otros, desde una perspectiva de ciudad inteligente, en lugar de hacerlo rápido, sin diálogo y que termine mal echo».

La visión del seremi es que «todos los organismos del Estado, las entidades privadas y las asociaciones público-privadas, tenemos que asumir una mirada distinta, no hacer obras porque sí, ni apurarse sin una planificación. Salvo que se trate de una urgencia, lo ideal es diseñar intervenciones que se integren y potencien mutuamente».

Además, afirmó que «no me cabe duda que alguna vez se trató el concepto aquí en la región y en la conurbación, pero ha quedado en nada o no ha surtido mucho efecto. Entonces lo que queremos es mantener ese debate, que exista un conocimiento de lo que es este concepto de ciudad inteligente y que lo apliquemos», finalizó.

¿Qué es una ciudad inteligente?

Más que un conjunto de tecnologías, una ciudad inteligente es una urbe diseñada para optimizar sus recursos, mejorar los servicios básicos, impulsar un desarrollo económico sostenible y garantizar una alta calidad de vida para sus habitantes. Esto se logra a través de una planificación estratégica que considera la movilidad, el uso del suelo, la eficiencia energética y la inclusión social.

A medida que los recursos naturales se vuelven más escasos y la población mundial crece, este modelo urbano cobra aún más sentido. Las ciudades inteligentes buscan responder a estos desafíos, generando entornos más sustentables, resilientes y equitativos frente a la crisis climática y otros problemas globales.

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