Claudio Ibáñez, ex intendente de Coquimbo: «Entiendo que la gobernadora pueda recibir críticas, pero convengamos que la están invisibilizando»

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Fue primera autoridad de la región en el periodo 2015-107, en el segundo mandato de la presidente Michel Bachelet. Claudio Ibáñez González (53), en conversación con LA REGIÓN se refiere a la polémica que ha existido en torno a la figura de la gobernadora independiente Krist Naranjo, en cuanto a su escaso posicionamiento en la zona. Desmenuza el conflicto y críticas que le caen a la limarina, como una escasa presencia en la calle, un diálogo áspero con consejeros y presuntas actitudes reprochables hacia integrantes de su equipo de trabajo.

A su parecer, el marco legal le juega en contra a la ambientalista, pero aquello debería cambiar, asegura, con el arribo del Frente Amplio y el Partido Comunista a la zona, y un delegado que hable en el tono de la nueva administración presidencial. Expone su mirada sobre la composición del Estado chileno actual y del que vendría de la mano de la Convención Constitucional y el gobierno entrante del presidente electo Gabriel Boric.
Está alejado del ruido de la política contingente del día a día. Tampoco participa mucho de instancias partidarias, aunque continúa en las filas del PPD.

Ligado a su carrera como profesor en la Universidad Central, donde habla con sus alumnos de éste y otros temas, el administrador público no ha perdido el contacto con las informaciones que marcan la pauta en la tierra que lo vio inmerso en la polémica de la minera Dominga en el año 2017, siendo de los actores principales.

«La misma noche que el presidente electo gana la segunda vuelta, anuncia su negativa a Dominga. No a Dominga. Estoy contento por eso, ya que esa idea coincide con la mía en su momento, con la que tendrá el nuevo delegado y la que tiene la gobernadora».
Sin embargo ahora opina desde la vereda del personaje secundario, distanciado de la primera línea. «Hay que dar espacio a la gente joven, a los nuevos rostros, siempre dije que no era partidario del más de lo mismo».

Hay un evidente conflicto en la región con la figura del Delegado Presidencial y la Gobernadora, ¿uno pesa más que el otro?
Mientras uno es elegido para ser el representante del gobierno de turno en una respectiva jurisdicción, el otro es electo con el voto popular. A mí parecer, la figura del delegado presidencial debería terminar, y entiendo que para el nuevo gobierno también. Pero por mientras no exista una nueva Constitución que cambie la ley se tendrá que buscar un equilibrio. Se han dado avances en el debate de la convención que apuntan a un Chile regional, plurinacional y multicultural, dando esa chance ante las pocas atribuciones que en la actualidad tienen los gobernadores.

Las críticas que caen contra Naranjo son por su ausencia en la calle…
La gente podría comenzar a sentirse defraudada ante el rol de la gobernadora, al ver las pocas y limitadas atribuciones que tiene. Todos los seremis y jefes de servicio no dependen de la gobernadora, sino del delegado. El gobernador no ve el orden público tampoco, ni está a cargo de la fuerza pública ni en situaciones de emergencia. Si me hubiese tocado el cargo de gobernador regional para el terremoto del 2015, habría estado con los brazos cruzados mirando como el delegado presidencial dirige. Es bastante complejo ese rol desigual y el desequilibrio en el poder.

¿Se han puesto piedras en el camino a la gobernadora?
Se le ha postergado desde el punto de vista de asumir un liderazgo, de facilitarle las relaciones. Yo entiendo que puede existir un marco legal, pero se debe respetar la voluntad popular. La gobernadora Krist Naranjo salió electa con más del 60% de los votos, tuvo una adhesión tremenda. Puede que ella no tenga la facultad de fiscalizar, pero ella debería estar en las reuniones importantes, siendo escuchada y considerada. Entonces te das cuenta que tenemos un gobierno local alejado de la voluntad popular, que respaldó en masa una opción. Cuando tienes un delegado presidencial que atenta contra la voluntad popular es porque no hay sintonía con lo que la gente habló en las urna. Entiendo que ella (Krist Naranjo) pueda recibir críticas, pero convengamos que la están invisibilizando desde un sesgo político, como despreciando la voluntad popular y eso no me agrada».

Se debería saber dentro de poco el nuevo delegado presidencial de la administración Boric en Coquimbo, ¿Qué perfil debería tener esa persona?
De seguro alguien vinculado al mundo de Boric, ya sea del Frente Amplio o Partido Comunista. Claramente puede ser un militante del PC, pues tienen la figura de un senador como Daniel Núñez y dos diputadas electas en la zona.

¿Qué significaría un delegado presidencial comunista en la región?
Tengo la mejor impresión de los comunistas. Hablo en materia personal, porque lo viví. Fueron muy leales con el gobierno de la Presidenta Bachelet y muy leales en nuestra administración. Tuve un excelente seremi de salud que era del PC, el Presidente Boric llenó varios puestos claves de su futuro gobierno con militantes del PC…

Pero ese mundo de la izquierda suele tener permisividades con el tema de la seguridad pública, inmigración descontrolada…

Toda la vida yo estuve contra la represión, desde muy joven estuve en las protestas estudiantiles contra Pinochet. Lo importante es centrarse en que las policías han progresado en cuanto a las violaciones de derechos humanos. Las nuevas autoridades deberán enfocarse contra la delincuencia y no en la protesta social, el combate debe ser al narco, esos serán los ejes de preocupación verdaderos. Y tampoco podemos criminalizar tanto los delitos cometidos por inmigrantes, sabiendo que las cifras demuestran que siguen siendo índices bajos comparados con los chilenos.

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