Cuenca del río Elqui registra los caudales más bajos en 30 años

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Pese a lo auspicioso que fue el primer semestre, sobre todo el otoño de este año, en términos de precipitaciones, el agua caída y la nieve acumulada en la cordillera no fueron los suficientes para revertir la severa sequía que enfrenta la región de Coquimbo, en especial la cuenca del río Elqui, llegando al mínimo histórico en 30 años.

El invierno del año pasado fue uno de los más secos registrados en la región desde 1995. Si en un año normal debieran, durante el primer semestre, deberían registrarse cerca de 70 milímetros de agua caída en el sector del embalse Puclaro, en 2019, se registraron apenas 7.

Estas cifras dan cuenta de un déficit de precipitaciones, a pesar de los eventos de lluvia y nieve en otoño en la cuenca del río Elqui, tanto el agua acumulada en los embalses, como la nieve medida en la estación de La Laguna, están por debajo de los registros del año pasado.
Así lo confirma Alejandra Marín, ingeniero repartidora de aguas de la Junta de Vigilancia del Río Elqui y sus Afluentes, quien señala que «comenzamos la última temporada con esperanzas de revertir la sequía que nos afecta desde hace más de una década, pero con especial crudeza en los últimos dos años».

«Las lluvias y nieve, que fueron esperanzadoras en junio de 2020, no se repitieron. Desde entonces el resultado ha sido caudales más bajos, tanto en el río Elqui como en sus afluentes», sostiene.

Destaca que gracias a la administración del agua que hacen los miembros de la Junta de Vigilancia de Río Elqui, hay buenos niveles de agua embalsada, que corresponde al 62% en Puclaro y 85% en La Laguna, «esto nos permiten enfrentar con tranquilidad el corto plazo, mientras seguimos avanzando en nuevas tecnologías para cuidar el agua, reducir las pérdidas y buscar otras fuentes de abastecimiento», explica.

Estado de los embalses

Respecto al agua acumulada, Marín explica que durante esta temporada están haciendo mayor uso del recurso embalsado, debido a que el agua necesaria en la cuenca del Elqui es mayor a los caudales que están ingresando, con una diferencia más marcada que en todos los años anteriores de funcionamiento del embalse Puclaro.

Por su parte, aclara que el embalse La Laguna es más estable, al estar ubicado en la cabecera de la cuenca, «sin embargo, también ha tenido una apertura de válvulas anticipada en 20 días respecto de años anteriores».

Y agrega que «los embalses toman una gran relevancia en estos años de escasez hídrica. Permiten mantener todas las acciones del río abastecidas, de acuerdo con el agua disponible. El desmarque de la presente temporada, producto de la escasez, está en un 25%. Es decir, en la bocatoma de los canales estamos entregando un cuarto del agua que corresponde a cada acción, para hacer frente a todos las necesidades de uso del agua».

Precipitaciones de este año

Pese a lo auspicioso que parecía el inicio de año en términos de agua caída, la ingeniero Alejandra Marín puntualiza en que «las precipitaciones han sido mayores que en años anteriores en la zona costera, particularmente desde el embalse Puclaro a la costa. Sin embargo, en la parte alta de la cuenca han sido precipitaciones menores, por debajo de las cifras de los últimos 20 años. En la zona del embalse La Laguna, la nieve registrada fue de medio metro, principalmente de las nevadas de junio».

«El balance es negativo para la cuenca del río Elqui», puntualiza.

Explica en que se debe a que, como lo han señalado expertos en meteorología, el fenómeno del cambio climático se expresa de esta forma, «más lluvias costeras y precipitaciones nivales menores y a partir de mayor altura (sube la isoterma 0ºC). Finalmente, el proceso es de periodos más largos de déficit».

Mesa hídrica

Respecto a la mesa hídrica, comenta Alejandra Marín que funcionó hasta hace un par de años; pero por ahora no ha tenido mucho desempeño, «hay otras múltiples iniciativas, como la consulta de la Mesa Nacional del Agua y los Planes de Cuenca que está realizando la DGA».

«En mi opinión, es muy relevante contar con una institucionalidad que entregue las herramientas para hablar sobre el tema del agua y tomar acuerdos que contribuyan a proteger el recurso hídrico. Pero se requieren acciones concretas, dado el déficit hídrico existente: es momento de actuar», añade.

Y agrega que «la discusión en torno a las modificaciones al Código de Aguas ha traído mucha incertidumbre a nuestros usuarios. Aparte de enfrentar la sequía, nuestros usuarios no saben qué podría pasar con su agua. Necesitamos acciones decisivas para proteger nuestra agricultura y todas las actividades productivas del valle de Equi».

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