Incendio Destruye nave albacorera

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Una aparente falla eléctrica en la sala de máquinas provocó un incendio que destruyó, en la mañana de ayer, a la embarcación albacorera Magdalena III de San Vicente, atracada en el puerto industrial de avenida Costanera de Coquimbo, siniestro que no dejó heridos ya que los nueve tripulantes no estaban a bordo al inicio del fuego.

Al estallar las llamas que comenzaron a consumir el casco de madera de la embarcación perteneciente al armador Tomas Neira, que tiene base en San Vicente, y que contaba con unos 3.500 litros de petróleo diésel en un estanque, el personal del recinto portuario de la Asociación de Pescadores Artesanales Arrastreros, junto a tripulantes de otras naves que estaban recaladas en el mismo sector, intentaron apagar el fuego con extintores.
Sin embargo, debido a la voracidad del incendio avivado al consumir el cableado del motor, las líneas de combustible y las maderas del pesquero, fue solicitada la presencia de Bomberos de la Tercera, Cuarta y Quinta compañías, que desplegaron mangueras en el molo para empezar a rociar agua a la nave siniestrada, labor que contó con apoyo de efectivos de la Gobernación Marítima de Coquimbo.

Pero debido a las altas temperaturas que alcanzó la embarcación que llegaron a más de 300 grados Celsius y aun cuando, los voluntarios usaron sistemas de respiración autocontenida y sus trajes especiales, por seguridad, oficiales bomberiles y de la autoridad marítima, dispusieron el término de la faena de extinción en tierra, determinando remolcar con otra nave a la Magdalena III hacia una zona aislada en medio de la bahía.

Una vez que el pesquero de unos 10 metros de largo, valorado en mas de $200 millones, fue ubicado en la zona de seguridad, la Armada coordinó la labor de sofocación realizada por dos remolcadores del puerto concesionado, que con potentes pitones lanzaron agua al foco de llamas, logrando aplacarlo, tarea que fue apoyada por personal de la Lancha de Servicio General, LSG Coquimbo de la Gobernación Marítima.

Es así que la embarcación que fue dada por perdida por el armador, continuó quemándose hasta entrada la tarde, quedando bajo vigilancia de la autoridad marítima que dispuso la instalación, de barreras de contención de contaminación de residuos oleosos en el perímetro de la nave siniestrada.

El Capitán de Puerto de Coquimbo Edgardo Palma, que el dispositivo dispuesto para controlar el incendio evitó la afectación de personas, consignando un saldo de daños materiales, “gracias al oportuno llamado al fono 137, nos informaron de un siniestro que estaba ocurriendo en el muelle industrial de la Costanera, personal de la Policía Marítima, se dirigió de inmediato al lugar, constatando la veracidad de la información coordinandose con Bomberos, para poder apagar el incendio con medios terrestres pero los incendios en embarcaciones son complicados de controlar ya que se requiere de materiales especializado como espuma, para apagar el fuego en material inflamable y combustible”.

Sobre la determinación de retirar la nave del puerto y el proceso para terminar la emergencia, el oficial indicó, “se determinó declarar el incendio como incontrolable por tal motivo para brindar seguridad en el sector y de las personas que estaban en el muelle, se tomó la decisión en acuerdo con el patrón de la embarcación de dejarla en un zona segura en la bahía para que el fuego pueda extinguirse al consumir el resto de la nave, quedando bajo control y monitoreo de nuestro persona a bordo del LSG Coquimbo, que también quedó a cargo de hacer el enfriamiento controlado”.

Carlos Bustos, maquinista de la embarcación desde hace 5 años, manifestó que ninguno de sus ocho compañeros de trabajo fueron afectados por las llamas, “a mí me avisaron en la pensión que la lancha se estaba quemando y cuando llegué a verla los Bomberos estaban tirándole agua y los otros tripulantes que estaban tomando desayuno me dicen que esto pasó por un posible cortocircuito y lo bueno es que no hay ningún herido y esta lancha tenía varios años, porque antes que la tomáramos nosotros había trabajado por años en la sardina y ahora estábamos dedicados a la albacora y el bacalao y ahora íbamos a salir en un zarpe normal de 25 días hacia el norte de Coquimbo a unas 200 millas de la costa”
El tripulante lamentó la pérdida de su fuente laboral y la de sus compañeros, “ahora quedamos con lo puesto prácticamente, perdimos hasta los documentos y ahora hay que recuperarlos porque no es llegar y embarcarse en otra lancha y además tenemos que comprar los implementos de trabajo también y ahora todos tendremos que buscar trabajo en otra lancha no más, aunque lo bueno fue que alcanzaron a pagarnos la pesca anterior”.

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