Directora regional del Servicio Nacional de Protección Especializada de la Niñez y la Adolescencia explica que, si bien los avances han sido significativos desde que llegaron para reemplazar al Sename, «identificamos grandes desafíos que se trabajan a corto, mediano y largo plazo», cuenta.
Hace más de un año que en Coquimbo se dio la instalación del Servicio Nacional de Protección Especializada de la Niñez y la Adolescencia (Mejor Niñez). Desde luego, había expectación.
Llegó en reemplazo del Sename y aunque las críticas seguirán en cuanto a que esto es solo un cambio de nombres, «el balance es positivo», cuenta su directora regional, Julia Sandes.
A la fecha, asegura que «se han visto avances significativos», como la inauguración de la residencia «Ayelén» en octubre pasado, pero sin embargo que «seamos parte del Ministerio de Desarrollo Social nos entrega un plus y un respaldo para poder trabajar de manera mucho más articulada, y desde esa perspectiva, vemos un año con avances, pero también identificamos grandes desafíos que son a corto, mediano y largo plazo», cuenta.
Casos prioritarios
Uno de los programas en los cuales el servicio ha hecho énfasis con el objetivo de disminuir la institucionalización, es el programa Familias de Acogida Especializado (FAE). Pero también iniciar una nueva oferta programática, de manera paulatina, «y fortalecer el trabajo sobre todo con dos líneas que tienen que ver con educación y salud, donde uno de los temas prioritarios, es como trabajamos las listas de espera».
Otro tema importante, reconoce, tiene que ver con las largas permanencias que tienen los niños en el sistema, «entonces son varios los elementos que nosotros visualizamos a corto plazo y con los diagnósticos especializados creemos, pues tenemos esa expectativa, de ir efectivamente avanzando en poder minimizar brechas con las que nos hemos encontrado y que en un año no hemos sido capaces de resolver. Pero están las fichas puestas para poder avanzar».
Lista de espera
Con la promesa de que el daño a los niños será reparado, asegurando una mejor atención y cuidado, las listas de espera es un tema que desean terminar.
«Tenemos niños que se encuentran en una lista de espera grande que heredamos, pero la hemos ido sorteando. Esto viene del año 2021 y estamos trabajando con diferentes estrategias para que podamos avanzar en el despeje oportuno y con hartas expectativas, toda vez que hemos avanzado mucho, trabajado con el poder judicial, y eso nos ha ayudado a despejar estas listas de espera».
En ese sentido, cuenta que el «avance es significativo, pero no es suficiente aún. Por lo mismo, vamos mirando estrategias distintas, conversando con los mismos colaboradores para que nuestros niños puedan recibir lo más rápido posible sus atenciones, pues esto tiene que ver con un tema integrado que debemos ir desarrollando, ya que nosotros vemos protección, pero si los niños no tienen tratamiento de salud adecuado, permanecen más en el sistema».
En cuanto al número, detalla que son cerca de 1.600 los niños que están en lista de espera, «pero en diferentes tiempos de espera, visto que acá los niños ingresan, se hace el diagnóstico y dependiendo de las características, se va priorizando».
Adopciones
Algo que sí ha ido mejorando y que destaca su directora regional, ha sido el tema de las adopciones.
«Tiene un proceso distinto, ya que hoy son familias evaluadas, que se acercan por una necesidad de tener de manera permanente el cuidado de los niños, y ahí vamos avanzando, aunque hay una diferenciación en relación a la cantidad de familias que quieren tener niños en adopción, versus los niños que son susceptibles de adopción. Regionalmente hemos tenido bastantes enlaces, que es técnicamente cuando los niños ya ingresan a sus familias de manera formal después de haber pasado todo un proceso de evaluación de acompañamiento con la residencia».
Hasta el año pasado tenían 11 casos de adopción «y este año ya estamos proyectado, solo en febrero, tres casos más. Entonces ha sido importante el avance que hemos tenido en temas de adopción».
En ese punto, puntualiza que «cuando los niños van a ser adoptados, se encuentren las mejores familias, puesto que estamos depositando el cuidado permanente de un niño; aunque lo que uno esperaría es que los niños no llegaran a procesos de adopción, que vivan con sus familias de origen, pero cuando no se da y la vulneración es tal, lo que debemos hacer es ser garantes de los derechos de los niños de vivir en familia».
En cuanto a los tiempos, afirma que «si bien es un proceso de alta responsabilidad, estamos optimizando con los tribunales audiencias mucho más rápidas».