La Serena es calificada como «inalcanzable» en la aspiración de adquirir una vivienda

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Un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción La Serena, obtuvo un promedio 7,3 puntos en este ámbito, solo ubicándose por detrás de Temuco con 8,8; Concepción con 7,7 y Santiago con 7,4. Las normativas de contención urbana y el fuerte aumento del valor del suelo serían los causantes de este escenario.

Un desalentador resultado logró Chile, según un estudio de la CChC y que apuntaba al índice de acceso a la vivienda (PIR, por sus iniciales en inglés).

Tomando como el ingreso autónomo de hogares reportado en la encuesta Casen (con un promedio de $ 913 mil mensuales), junto con datos del Banco Central, calificó a Chile con un PIR de 7,8; resultando en uno de los más altos del mundo, superando a países de como Nueva Zelanda (6,5), Reino Unido (4,8) o Estados Unidos (3,5).

Lo anterior se traduce en que Chile está ubicado entre las naciones en las que la vivienda es «severamente no alcanzable».

Cabe decir que el objetivo del PIR es poder estimar la cantidad de años que necesita un hogar de ingreso promedio para financiar una vivienda de precio promedio, equivalente a 3.089 UF.

Además del registro a nivel nacional, vale decir que la mayoría de las ciudades en Chile se encuentra en la parte alta del índice, teniendo situaciones críticas en lugares como Temuco (8,8), Concepción (7,7), Santiago (7,4), La Serena (7,3) y Valparaíso (7,1).

En el caso puntual de La Serena, calificada como «severamente no alcanzable», se ubicó en el cuarto lugar entre las ciudades con peor promedio a nivel nacional, superando incluso a ciudades como Brisbane, en Australia, o Miami, en Estados Unidos.

El empresario Juan Pablo Tristain, quien además es presidente del Comité Inmobiliario y de Vivienda, y consejero regional de la CChC, explica que esta situación se explica por múltiples factores, «el fuerte aumento del valor del suelo es, tal vez, uno de los más importantes, pero a ello se suman las normativas cada vez más exigentes, con la aplicación de leyes como la Ley del Ducto, tratamiento de aguas grises, aportes al espacio público, nuevas normas energéticas, etcétera, las que incrementan enormemente los costos y que hacen cada vez menos atractivo este negocio para los inmobiliarios».

Además se subraya que las normas de contención del crecimiento urbano tienden a forzar un aumento del valor del suelo en la periferia, y el efecto precio se traspasa a toda el área urbana. Restricciones o prohibiciones al crecimiento urbano, que virtualmente destruyen un mercado de suelo competitivo y empujan al alza el precio de las viviendas.

Tristain complementó que a esto se suma un efecto ingreso-valor de las propiedades, el que frena a los compradores que tienen la intención de adquirir una casa o un departamento y, por lo mismo, los tiempos del ciclo inmobiliario se han ido alargando, con el consiguiente costo financiero que esto tiene. «Cuando hablo del efecto ingreso-valor de las propiedades, me refiero a que los bancos también están con políticas súper restrictivas, por lo que la baja de las tasas a niveles históricos favorecen a muy pocos (…), todo esto sin considerar la tasa impositiva que reduce aún más la última línea, afectando tanto a inmobiliarios como a los compradores», agregó.

Posibles soluciones planteadas por la CChC

El informe de la Cchc plantea que la planificación urbana integrada y de largo plazo, que asegure la provisión de suelo urbano para mantener una adecuada oferta de viviendas, es una de las posibles soluciones.

Además de densificación equilibrada e inclusiva en las zonas aledañas a la infraestructura pública de alto estándar, con y sin subsidio.

El punto que plantean es una nueva y potente política de arriendos en la que, por la magnitud del problema, participe el sector público y el privado.

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