“No quiero liderar una derecha que sea la derecha económica, la que protege a los poderosos”

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ossaManuel José Ossandón, 53 años, senador por la circunscripción Santiago Oriente, es una figura emergente en la oposición. Fue alcalde durante 20 años, primero en Pirque y luego en Puente Alto, una de las comunas más pobladas del país. Su perfil público creció durante el gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera, pero no por su participación en el mismo, sino por su crítica abierta al entonces mandatario. Es, desde esa época, el mayor díscolo de la derecha.
Pese a haber llegado al Congreso recién en 2014, ya ha anunciado públicamente su deseo de convertirse en Presidente de la República, para lo cual debería primero vencer en primarias a otros nombres de su sector, en especial al propio Piñera, el más encumbrado hasta hoy en las encuestas.
Hace algunos días visitó La Serena y Coquimbo, presentando su libro “Ideas fuerza para un Chile más humano y solidario”, un compendio de sus opiniones para el futuro y sus apreciaciones sobre el momento actual. “Lo que querenos todos los chilenos es paz, progreso y también reformas, pero bien hechas y no como las que están haciendo hoy día. Este libro pretende tener una hoja de ruta, mostrar lo que queremos. Yo no quiero liderar una derecha que sea la derecha económica, la que protege a los poderosos. En Chile hemos progresado mucho, pero tenemos muchas diferencias. El crecimiento económico sin paz social no sirve, tenemos que preocuparnos que todos tengamos oportunidades”, dice.

-Su libro parece una suerte de guía para construir un programa de gobierno.
Te lo resumo: en Chile, como digo yo en broma, hasta la (diputada comunista) Camila Vallejo está de acuerdo con el sistema económico, pero nadie quiere entrar por la ventana, queremos entrar por la puerta, queremos que no haya abusos y que todos participemos, y eso se hace con un estado que sea capaz de regular, castigar los abusos con mucha fuerza y educación de calidad. La única manera de que este país surja es mantener un crecimiento económico equivalente al educacional. En Chile dejamos la educación botada desde el gobierno militar en adelante.

-Suponemos que su presencia en la zona tiene que ver con lo que usted ha dicho abiertamente: que quiere ser Presidente.
Por supuesto que sí, yo no miento. Una manera es aprovechando el trabajo que tengo que hacer como senador para ir conociendo realidades.
En Chile, como país, hay una crisis impresionante de autoridad, de honestidad y de gestión. Yo no sé por qué el gobierno está haciendo lo que está haciendo, no lo entiendo.

-Un gobierno que llegó con muchas expectativas ciudadanas y alta votación, hoy carga con alta desaprobación y falta de confianza pública. ¿Por qué a su juicio?
Porque la gente quería una Presidenta que construyera puentes hacia la Tierra Prometida, esa tierra que era Chile, que iba como avión p’arriba. La Presidenta (Michelle) Bachelet demostró eso en la campaña: yo los voy a llevar a la Tierra Prometida.
La derecha no se dio cuenta que había dos Chile, uno que lo pasa muy bien y uno que lo pasa mal, que no tiene oportunidades para competir. Yo lo denuncié y me acusaron de traidor.

-Según muchos analistas, la campaña de la actual Presidenta fue muy acertada en su diagnóstico del país.
Extraordinario, el diagnóstico era verdadero. Qué es lo que quiere Chile: paz, progreso y reformas, pero bien hechas. La gente votó por una Presidenta que construyera puentes, pero (ella) eligió la retroexcavadora, y en vez de construir puentes los está destruyendo. El gran problema que tenemos hoy es que quieren refundar todo y no partir sobre lo logrado.
Se ha equivocado en el camino, en la estrategia y en el fin, teniendo un diagnóstico impecable, porque nosotros, en nuestro sector, la centroderecha, nunca quisimos reconocer la embarrada que se estaba produciendo.

-Ese cuadro de un gobierno que llegó con muchas expectativas y legitimidad en los votos, pero luego cayó en la impopularidad, ¿no fue lo mismo que ocurrió en la presidencia de Sebastián Piñera?
Algo parecido, pero Piñera cumplió mucho más de lo que dijo, hizo un buen gobierno, aunque políticamente nefasto. El actual ha sido nefasto en lo político y también en lo administrativo. Han consagrado un plan de gobierno como si fuera la Biblia, no se puede mover nada. Prometieron hospitales, no los van hacer; educación gratuita en la universidad, no lo van a cumplir; calidad en la educación, no lo van a hacer. No van a cumplir nada y van a reformar todo.
La Nueva Mayoría tenía un enemigo, Augusto Pinochet, y se murió. Hoy día hay que inventar otro, se llama constitución. Le echan la culpa de todo. El propio Presidente (Ricardo) Lagos, en una entrevista, dijo no engañemos a la gente de que se van a acabar los problemas con una nueva constitución.

-¿No es necesario reemplazar la constitución?
Yo pienso que se puede mejorar. No estoy cerrado a hacer una nueva, pero creo que es un eslogan. En Alemania ¿alguien se atreve a decir que la constitución no es democrática? La hizo una comisión después de la guerra (la Segunda Guerra Mundial) y fue revisada por veedores ingleses y americanos, y funciona hasta el día de hoy.
El progreso que ha tenido Chile lo ha permitido esta constitución. Yo no la estoy defendiendo, si quieren cambiarla, hagámoslo, pero esa no es la prioridad que hoy día Chile tiene. El forro está en el acceso a la salud, la calidad de la educación, la dignidad de las pensiones y la seguridad.

-Usted pretende ser Presidente, pero su sector está evidentemente alicaído. ¿Cuál es su estrategia?
Todos los sectores están con el ala herida, por lo tanto esta cuestión está abierta. La gente va a votar por la persona que le dé confianza, que le crean. Eso es lo que voy a hacer yo: dar confianza, trabajar harto y decir la firme; que cuando se puede, se puede y cuando no, no.

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