A diario, principalmente los choferes de camiones de carga y de microbuses, deben esquivar caballos que se cruzan en la vía. Y muchas veces los atropellan.
Si esto pasa con un vehículo menor, habrá consecuencias fatales, y exigen a la empresa asegurar el perímetro.
Madrugada del sábado y a través del radio un camionero cuenta su desgracia. «Hola colegas, Ruta 5 informa, me tocó bailar con la fea de nuevo. Lo que sería entre Las Tacas y Morrillos, kilómetro 438 con 400 habían tres caballos en la autopista, alcancé a esquivar a dos, pero impacté a uno. Tomar las precauciones», se escucha por el aparato, utilizado por un chofer de Federación Fuerza Norte.
DE Larga data
El problema no es nuevo, lo que le ocurrió a este conductor viene sucediendo con más y más frecuencia durante los últimos meses. Generalmente son caballos los que en horas de la noche o madrugada cruzan por la Ruta 5, generando el peligro inminente de una colisión de alta energía que podría terminar con víctimas fatales. Afortunadamente este no fue el caso, ya que no hubo que lamentar pérdidas humanas, pero las imágenes son lamentables: un equino muerto y un camión dañado lleno de sangre parado en la carretera por culpa de los mismos dueños de los animales y, según el gremio de transportistas, de la concesionaria.
Para Jorge Aquea, dirigente de los camioneros, la situación que han vivido varios de sus colegas es insostenible, porque no se trata de pérdidas materiales ni nada por el estilo, según dice, se trata de vidas humanas y agradece que hasta el momento hayan sido sólo camiones y micros las que han impactado con los animales, porque si le hubiese tocado a un vehículo menor, de otra cosa estaríamos hablando. «A nosotros esto nos tiene sumamente preocupados, porque si bien el camión aguanta el golpe de un animal, por hacerle el quite el conductor puede perder el control y hasta ahí nomás llega (…) Pero imagínese que esto pase a un auto chico»,…
El dirigente lanza sus dardos fundamentalmente a la concesionaria, pues si bien admite que los dueños de estos equinos deberían tenerlos encerrados en sus terrenos, los encargados de proporcionar la seguridad en una carretera que es concesionada, es en este caso de ellos, de Concesionaria Elqui.
«Estamos muy molestos con la concesionaria, porque tienen que tener un cierre perimetral como corresponde. No es posible que todas las noches tengamos eventos de esta naturaleza. Y mire, cuando un camión daña una barrera tiene que pagarles de inmediato, pero en estos casos, en que el camión quedó muy dañado en uno de sus costados tras el impacto del animal, la concesionaria ni siquiera se pronuncia», puntualiza el dirigente.
Más turistas,
más peligro
Es un hecho que la población flotante aumenta considerablemente en temporada estival, cuando arriban los veraneantes a la zona, lo que acarrea que existan más autos circulando, por lo que si la Ruta presenta el problema de animales sueltos cruzándose, el peligro aumenta.
Consultado el conductor de microbuses Pedro Garrido, quien llega hasta Totoralillo, asegura que ha visto a los equinos incluso de día, y sus colegas también, pero claro, con luz diurna es posible esquivar a los animales y tener menos posibilidades de accidentarse, pero no se confía. «Aquí se sabe, sobre todo en este punto, que andan caballos sueltos».