Presencia de los jóvenes voluntarios ha sido pilar fundamental en el remecido Coquimbo

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Son las 9 de la mañana. Algunos van a sus respectivos trabajos, otros debiesen estar ya en ellos pero el taco descomunal que se arma en la Ruta 5 que une a Coquimbo y La Serena se los impide.
Algunos van a los colegios, otros a los institutos, otros muchos a las universidades. Y aquí me detengo en ellos, los estudiantes superiores.
Ellos, el futuro de Chile, han estado desde el primer minuto tras la tragedia en cada lugar en el que se necesiten manos para ayudar.
De todos los lugares, de todas las ciudades

, de todas las entidades de educación superior, otros profesionales ya, todos y cada uno de ellos ha sido parte fundamental en esta primera parte de la reconstrucción.
Todos embarrados, con manos enguantadas, con pala o a pulso, juegan a diario un rol fundamental en las labores de remoción de escombros, limpieza, embalaje, distribución y un largo etcétera.
Ya han pasado unos minutos desde la hora de llegada al punto de encuentro, que en esta ocasión fue el Techado de la ciudad puerto, y las alumnas de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Santo Tomás, mayormente las de tercer año, vienen bajo la lluvia con una motivación encomiable.
«Sé que las familias van a ser las beneficiadas con esto», comenta antes de ingresar al recinto, Claudia Salas. «Es una forma muy linda de ver que las personas pueden trabajar en grupos y a favor de alguien más que ellos mismos», nos cuenta Camila Pinilla, otra de las alumnas de tercer año. Además agrega que «el individualismo se olvida, ya que todos somos

una sola fuerza que busca levantar el puerto y las otras zonas de la región que resultaron afectadas». Estas muchachas tendrán la sacrificada responsabilidad de separar las ropas que han llegado al centro de acopio más grande de la comuna azotada por el tsunami.
Nos trasladamos hasta la «Zona Cero», en pleno sector Baquedano, en donde el mar no tuvo piedad ni clemencia con la población Gabriela Mistral.
Aquí se ha juntado todos los días un grupo de amigos autodenominados «L’s Team». Estos muchachos, todos profesionales de diversos ámbitos, suelen quedar sucios de pies a cabeza pero con el corazón lleno de satisfacción por tenderle una mano al prójimo. «Es la ciudad donde nacimos, en donde nos criamos y donde hemos pasado momentos increíbles junto al mar que nos vio crecer. Además, lamentablemente un amigo cercano se vio afectado, así que con mayor razón nos nació ayudar de corazón», explica el joven Ingeniero en Construcción e integrante de la agrupación, Claudio Ardiles.
Seguimos recorriendo el mismo sector, y encontramos a otro muchacho, Andrés Ogalde, quien nos relata qué se siente al aportar con su voluntad y ganas de volver a levantar su querido Coquimbo.

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