Restauración de seremias en edificios patrimoniales dañados en el estallido social superaría los 370 millones de pesos

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Entre octubre y noviembre del año 2019, en el contexto del estallido social, una serie de edificios, muchos de ellos patrimoniales del tiempo del Plan Serena, sufrieron una serie de daños, como ataques incendiarios, saqueos y rayados en sus fachadas. A un año y nueve meses, algunos todavía siguen sin ser restaurados, incluso en uno de ellos, el de la Seremía de Educación, el frontis sirve como refugio para personas sin hogar.

En un recorrido por las principales calles de la capital regional, todavía es posible observar la «bunkerización» del comercio, con las vitrinas cubiertas de grandes planchas metálicas, que en un principio eran de madera, así como también varios cruces sin semáforos, en donde los conductores se han debido acostumbrar a esta realidad.
Respecto a las restauraciones, Francisco Varas, seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, señala que «cada servicio de manera sectorial se está haciendo cargo presupuestariamente de la restauración de sus edificios».

«Nosotros, como Seremi, estamos apoyándolos a través de la oficina técnica del Consejo de Monumentos Nacionales con la respectiva asesoría técnica para el desarrollo de este necesario proceso de recuperación, ya que se ubican emplazados en la Zona Típica de La Serena», agrega.

El emblemático edificio que alberga a la Seremía de Educación fue saqueado e incendiado en cerca del 80% del primer piso, el mismo día que el hotel Costa Real fue atacado.

El titular de la cartera, Claudio Oyarzún, con congoja lo recuerda, «nuestro edificio institucional, que es parte del patrimonio de la ciudad de La Serena, fue vandalizado producto del estallido social y muy afectado en su infraestructura».

Detalla que actualmente se encuentran en el proceso de ser autorizados por Monumentos Nacionales para intervenir el edificio, «con un proyecto que va a recuperar el primer piso por más de 140 millones de pesos, y un segundo proyecto de eliminar los rayados y grafitis de la fachada exterior, financiado al igual que el otro por el Ministerio de Educación».

«Es un tremendo desafío, nosotros más que nadie queremos recuperar este espacio y el aspecto del edificio, porque cada vez que pasamos por fuera nos da pena y molestia a la vez, de pensar que hubo personas que atentaron contra un edificio que poco y nada tiene que ver con los malestares que podrían haber tenido la gente», agrega.

A los pocos días de iniciado el estallido social, en el eje de la Avenida Francisco de Aguirre con Balmaceda, fueron completamente incendiadas dependencias de la Seremía del Trabajo y parte de la Dirección de Crédito Prendario (Dicrep), más conocida como «La Tía Rica».

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