Sin obtener las reivindicaciones económicas que pretendían terminó la huelga legal votada por los más de 70 integrantes del sindicato.
Si bien se reconoce que hubo instancias de diálogo y mediación por parte de la Dirección del Trabajo, nunca se pudo llegar a un acuerdo.
Erika González, presidenta del sindicato, explicó que los trabajadores decidieron ir deponiendo la huelga de a poco, porque «la empresa lo único que hizo fue sentarse a esperar cómo los funcionarios volvían a trabajar, nada más».
Ahora, una vez retomadas las funciones en la sucursal de La Serena –en donde se desempeña Erika- la cual se ubica en la calle Juan Soldado con Avenida Estadio, el clima no sería de los mejores.
La dirigenta afirma que hay hostilidad, y que «lo peor es que nos descontaron de una sola vez los más de veinte días que estuvimos en huelga, sin darnos ninguna facilidad».
González señala que «nos amenazaron, y ya están tomando represalias (en la empresa), como por ejemplo no podemos cambiar los turnos entre compañeras, restricción con los días libres, a las señoras que hacen el aseo les restringieron hacer trabajos extras para ganar más dinero, como lavar las sábanas (…) la empresa dijo que era un castigo ejemplificador».
La dirigente señala que ante estas acciones, los trabajadores están asustados, ya que sienten que se les va a despedir, puesto que los sindicalizados –una vez depuesta la huelga- cuentan con 30 días de fuero, en donde la empresa podría prescindir de sus servicios por «necesidades de la empresa».
«Estamos asesorados con la CUT, pero las represalias son actos muy solapados que han hecho, la gente está muy dolida y decepcionada de la empresa, quienes se negaron a negociar por algo que consideramos justo», expresó González.
Diario La Región intentó comunicarse con la empresa para obtener su opinión ante los temores de los trabajadores, pero no hubo respuesta.
Despido post Fuero
Desde la Dirección del Trabajo, su director regional, Rodrigo Fernández, señaló que después de un proceso de huelga, hay un plazo de 30 días que está protegido por el fuero, que quiere decir que la empresa no puede despedir a los trabajadores directamente, sino que deben solicitar una autorización previa a los tribunales para esos efectos.
«La regla general es que el empleador puede despedir directamente a los trabajadores y si un trabajador considera injusto reclama a los tribunales. Existiendo fuero, lo que debe hacer el empleador es consultar al tribunal, es todo lo contrario», señaló Fernández.
Asimismo, indicó que hay medidas protectoras que toman los tribunales, ya que «después de los treinta días, cuando se vuelve a la regla general, donde el empleador puede despedir directamente, los trabajadores pueden reclamar en los tribunales si consideran que fue injustificado».