El adelanto del reloj altera la forma en que nuestro cuerpo regula el descanso. Según el académico de la Universidad de La Serena, Sebastián Corral, los efectos van desde la somnolencia hasta el aumento en accidentes, aunque con simples medidas puede ser más llevadero.

Por: Valentina Echeverría O.

Este próximo sábado a la medianoche, Chile volverá a adelantar una hora sus relojes para dar inicio al horario de verano, es decir, cuando sean las 23:59, se cambiara la hora a las 01:00 del domingo. Aunque puede parecer un trámite menor, la medida influye directamente en nuestros ritmos biológicos y puede alterar el sueño, la concentración e incluso la salud cardiovascular.

Los ciclos circadianos

Sebastian Corral, académico del Departamento de Psicología de la Universidad de La Serena, explicó que los ciclos circadianos — también llamados «reloj biológico» —corresponden a cambios físicos, mentales y conductuales que se repiten cada 24 horas, regulando las fases de sueño y vigilia.
«Estos ciclos se ven afectados principalmente por la luz y la oscuridad. Cuando comienza a oscurecer, el cerebro produce melatonina, que induce el sueño. Al despertar con luz solar, se libera cortisol, que nos ayuda a mantenernos activos».
Pero no todo depende de la biología. El investigador recuerda que también existe un «reloj social», que fue impuesto por varios países con el objetivo de ahorrar energía eléctrica. «Hoy cerca del 25% de la población mundial se expone a dos cambios de hora al año, pese a que sociedades científicas recomiendan mantener estable el horario de invierno».

¿Por qué cuesta dormir o despertar en este cambio?

El académico subraya que el impacto no es igual para todos. La edad y la ubicación geográfica influyen directamente. En general, las personas necesitan entre dos y cinco días para adaptarse al nuevo horario, sin embargo, este desfase entre el ciclo luz-oscuridad y la «hora social» explica las dificultades para conciliar el sueño o despertarse.

Más que sueño: Riesgos para la salud y seguridad

Los efectos trascienden lo inmediato. Diversas investigaciones han demostrado que el cambio de hora se asocia al aumento de un 5% en eventos cardiovasculares, mayor incidencia de trastornos metabólicos, como la diabetes, disminución en la concentración, que deriva en un 30% más de accidentes de tránsito al día siguiente y un 6% más durante la primera semana.
Además, según el experto, existe un crecimiento de un 6% en accidentes laborales en los primeros días tras el ajuste.
En lo emocional, Corral distingue entre un ánimo decaído producto de la falta de sueño y la depresión clínica. «Uno de los síntomas de la depresión es precisamente la alteración del sueño, por lo que estas situaciones pueden agravarla. Se ha comprobado que quienes viven en zonas con menos horas de luz presentan mayores índices de depresión».

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