Aunque la gran minería opera con altos estándares de prevención, en la Región de Coquimbo persisten riesgos estructurales en la pequeña minería, un sector históricamente expuesto a accidentes y con limitadas condiciones para operar de forma segura.

La muerte de seis trabajadores en la mina El Teniente de Codelco —tras un derrumbe cuyas causas aún se investigan— volvió a poner en primer plano la seguridad en la minería chilena. Pero mientras esa faena subterránea, una de las más grandes del mundo, contaba con equipos de rescate, monitoreo geomecánico y protocolos de emergencia activados a nivel nacional, en el norte chico las condiciones son muy distintas.
En años anteriores, la región también ha registrado accidentes fatales en comunas como Punitaqui, Illapel y Coquimbo, muchas veces en faenas de pequeña escala con baja visibilidad regulatoria.
Según cifras del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), el 49/ % de los fallecimientos en pequeña minería durante los últimos 25 años se debe a golpes de roca, una causa muchas veces prevenible con elementos de protección, supervisión efectiva y fortificación de galerías. En contraste, la gran minería ha ido reduciendo su accidentabilidad, con una tasa de fatalidad que ha caído en más de un 70/ % desde 2010.

Gran minería con protocolos, pequeña minería con precariedad

La seremi de Minería de Coquimbo, Constanza Espinosa, reconoce que persisten diferencias profundas entre los niveles de seguridad de la gran y la pequeña minería.
«La gran minería opera con sistemas de gestión de seguridad consolidados, altos estándares preventivos y mayores recursos técnicos y financieros. En contraste, la pequeña minería enfrenta limitaciones estructurales que dificultan el cumplimiento de la normativa vigente, incluyendo el acceso limitado a financiamiento y un bajo uso de capital», explicó a La Región.
Frente a ese panorama, la autoridad detalló que se han implementado estrategias de fiscalización diferenciadas y programas de asistencia técnica en conjunto con el Instituto de Seguridad Laboral y Sernageomin. Entre las iniciativas destacadas se encuentra la creación del primer Centro de Capacitación de Sernageomin fuera de Santiago, instalado en Coquimbo, donde ya se han capacitado más de 1.400 personas.
Otra medida relevante ha sido el impulso del programa PAMMA Noneles, que busca reemplazar el uso de mecha —una de las principales causas de accidentes— por sistemas de iniciación no eléctricos, considerados mucho más seguros.

Muerte reciente en Canela expone fallas en faenas artesanales no reguladas

El pasado 26 de mayo, un trabajador de 45 años falleció en una faena artesanal ubicada en el sector El Tomé, comuna de Canela, mientras realizaba labores con explosivos. Según la información recabada por Fiscalía y autoridades regionales, el minero habría resbalado al ascender por un pique vertical de 35 metros, lo que habría generado una detonación y un posterior desprendimiento de tierra y rocas que lo sepultaron.
Se trata del segundo accidente fatal en la Región de Coquimbo en lo que va del año y el sexto a nivel nacional, según registros oficiales. El operativo de rescate incluyó personal de Bomberos, Carabineros y el GOPE, debido al riesgo de explosivos sin detonar en la zona.
La seremi Constanza Espinosa confirmó que la faena no estaba regularizada y que este tipo de accidentes, aunque poco frecuentes, reflejan un problema más amplio.
«La minería artesanal es uno de los sectores productivos más precarizados e invisibilizados del país. Tenemos la tasa de analfabetismo más alta a nivel nacional en este segmento, y por eso la declaración minera ha sido tan clave para la formalización.»
La autoridad enfatizó que no se busca erradicar esta actividad, sino fortalecerla mediante capacitación, herramientas legales y formación en seguridad. «Cuando trabajan con la normativa, estas cosas no deberían suceder», sentenció.

Pese a estos avances, Espinosa advierte que aún hay vacíos en la trazabilidad de accidentes, especialmente en faenas informales.
«Contamos con registros actualizados de accidentes en faenas regularizadas, gracias a la coordinación entre Sernageomin, la SUSESO y la Dirección del Trabajo. Sin embargo, las faenas no regularizadas aún presentan importantes vacíos de información, lo que constituye un desafío prioritario.»
Desde el Ministerio de Minería se ha propuesto fortalecer los sistemas de registro mediante herramientas digitales y plataformas interoperables, con el objetivo de mejorar el seguimiento y control de la seguridad en todo el territorio.

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