Director de Video Games Live: «Si Beethoven estuviera vivo sería compositor de videojuegos»

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Muchas canciones te llevan de regreso a tu infancia, y te conectan con esos buenos sentimientos de cuando eras niño», dice Tommy Tallarico, al teléfono desde Los Ángeles.

Pero el compositor no se refiere a canciones infantiles ni a viejos programas para los más pequeños en televisión. De lo que Tallarico habla es de piezas que él mismo creó, que nunca se editaron en un disco, y que tal vez ni siquiera imaginó que tendrían la recordación y el impacto que lograrían con los años.

Porque el hombre nacido en la original Springfield es uno de los más ilustres compositores de música para videojuegos, entre ellos algunos tan recordados como «Pac-Man World» y «Prince Of Persia», y cuando habla del viaje nostálgico en que esas canciones sumergen al auditor lo hace a propósito de Video Games Live, el espectáculo con que recorre el mundo y que aterrizará en Chile.

Se trata de un show estructurado a partir de las más emblemáticas piezas del género en todos los tiempos, firmadas tanto por Tallarico como por otros, lo que abre el abanico hacia un viaje absoluto por el mundo de los videojuegos, a partir de los sonidos de «Final Fantasy», «Halo», «Pong», «Super Mario», «The Legend of Zelda», «Asteroids» y «Tetris», entre muchísimos otros.

Pero no sólo de sonidos está hecho Video Games Live, aclara el director del espectáculo: «Lo que lo hace tan especial y único es que están todas las principales canciones de videojuegos interpretadas por una orquesta sinfónica, sincronizadas con proyecciones de videos, efectos especiales, producción en el escenario y elementos interactivos. Si pudiera describirlo, diría que es toda la fuerza de una orquesta sinfónica, pero combinada con la energía y la emoción de un concierto de rock, mezclados con códigos visuales, interactividad, tecnología, y la diversión que los videojuegos proporcionan».

Tallarico asegura que el camino hasta el montaje actual no fue sencillo, y debió combatir con una serie de prejuicios en su entorno, que comenzaron con la apreciación que algunos tenían sobre este tipo de composiciones. «Para muchos esto era sólo bleeps y bloops, y ése fue mi primer objetivo, cambiar la percepción. Yo no quería hacer sólo bleeps y bloops, yo quería hacer música de verdad», asegura.

Superada esa etapa, debió enfrentarse a nuevos cuestionamientos cuando planteó la idea de interpretar las piezas en vivo.  «Cuando empecé el show, hace diez años, todo el mundo me decía que estaba loco, que no había manera, que los niños no van a conciertos sinfónicos, y que a la gente que sí va a ese tipo de presentaciones no le gustan los videojuegos. Pero yo creí, porque sabía cuánto le gusta la música a quienes juegan. Cuando hice mi primer concierto en el Hollywood Bowl, ante once mil personas, sabía que había resultado», recuerda.

La clave, asegura, está en el efecto de las melodías en el público: «Mucha gente cuando las escucha inmediatamente viaja a su infancia. Eso es lo que la música más poderosa puede hacer, y es lo que Beethoven hacía cientos de años. Por eso digo que si Beethoven estuviera vivo hoy sería un compositor de videojuegos».

Ello, además, permitiría cambiar la visión general que algunos conservan en torno a este tipo de pasatiempos: «Muchos dicen ‘los videojuegos son malos, sólo sirven para perder tiempo’. Pero el 10 de octubre le vamos a probar al mundo lo que significa esta cultura, y lo artístico que un videojuego puede ser. Toda esta gente, miles de personas que estarán en su primer concierto de videojuegos, verán que es una total celebración, que los ayudará a legitimar su hobby».

 

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