Ferretería «Salomón», rostro del tsunami al borde de cerrar por devastador daño

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TSUNAMICon 22 años de antigüedad, la ferretería Salomón, en calle Baquedano número 500, es bien conocida en Coquimbo. A lo largo de su historia, sus clientes la preferían por sobre otros establecimientos más grandes o más famosos.
El tsunami del 16 de septiembre de 2015 invadió el lugar con tres metros de agua. La estructura resistió, pero se perdieron muebles, vitrinas, aparatos electrónicos y millones de pesos en mercadería. Curiosamente, desde ese momento el local se hizo aún más conocido, pues su amplio patio techado resultaba ideal para que las autoridades reunieran a los vecinos y los comerciantes del sector, de modo de organizar la entrega de ayuda. Una tarima que sus dueños armaron sirvió para los discursos de toda clase de personeros, con todo tipo de promesas.
A casi seis meses de la catástrofe, la paradoja es difícilmente más notable: la ferretería que fue rostro del tsunami y del temple coquimbano está en la ruina. No sólo no pudo recuperarse nunca; en la práctica, no ha recibido ningún apoyo del Estado.
Cinthya Araya Campos es la representante legal de la empresa. Hoy sólo ella trabaja en la ferretería. Su socio de antaño se retiró y los diez empleados debieron ser finiquitados; su hermana Krasna y algunos vecinos le ayudan.
El local no tiene electricidad; sólo dos vitrinas tienen vidrio, el resto necesariamente permanece con sus cortinas metálicas cerradas; en las pocas estanterías en uso y en el patio se ofrece a precio de remate productos rescatados tras el paso del tsunami, más unas pocas mercancías nuevas; algunos muebles todavía siguen llenos de arena de playa.
Hoy los clientes son escasos; “Las autoridades no están preparadas para esto y no hay voluntad, todo lo derivan: conversa con este, con este otro. Aquí llegaron todas las autoridades y con todas conversamos, desde el intendente para abajo, más ministro de Economía, ministro de Hacienda, ministra del Trabajo. ¿Alguien mandó un representante a ver nuestros problemas? Ninguno. ¿Dónde está la voluntad, dónde está la gestión?”.

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