Pese a los intensos esfuerzos por rescatarla, la joven ballena murió

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Cerca de las 7:30 horas llegó la información a la capitanía de puerto en Tongoy: Una ballena juvenil tipo Fin (Balaenoptera physalus), de casi 10 metros de largo y diez toneladas de peso, había varado en la orilla de la Playa Grande.

Cristian Quiroz, de la agrupación Caleta Puerto Aldea, llegó a lugar a las ocho de la mañana. Ya estaba en la orilla del mar «lo intentamos con otros amigos pescadores, de alguna forma había que llevar a la ballena a la mar», nos dijo.

A ratos daba aletazos, como diciendo que sola podría salvarse. Luego llegarían maquinarias, embarcaciones y más gente a ayudar. Se corría contra el tiempo. Era una situación de emergencia pero ¿cómo y con qué hacer algo efectivo?…

Incluso hasta un atochamiento de vehículos se produjo, porque vino mucha gente de Puerto Aldea y de Tongoy. Sorprendidos y apenados, porque querían sacarla y no se podía. En un momento hubo una expectativa de que todo saliera bien, pero no, el animal se hundió en la arena.

Hicieron una suerte de arnés con lingas para enganchar a una embarcación que la llevaría mar adentro. Pero no se pudo. La suerte para este animal, que se acerca a estas costas para alimentarse, parecía echada.

Cerca de mediodía, y después de casi seis horas, finalmente el mamífero murió, justo cuando se preparaba un nuevo intento para devolverlo al mar. Fue un golpe muy fuerte para el ánimo de los rescatistas y voluntarios, que desde muy temprano trabajaron en forma valiente y esforzada para tratar de rescatarlo.

Si bien semejante cetáceo generó atracción y curiosidad por parte de la gente, los especialistas afinaron inmediatamente el protocolo para sacar a la ballena de la zona lo antes posible, previa realización de una necropsia y toma de muestras.

Las autoridades lamentaron el desenlace de la situación, aunque señalaron que son casos excepcionales con este tipo de ballena. En este caso, el director regional de Sernapesca, Cristián López, comentó que «el rescate de fauna en la región es bastante recurrente, en términos de que efectivamente los varamientos, ya sean muertos o recuperados, son una situación permanente en la región. De hecho, tenemos un centro de rescate en donde nos preocupamos de tortugas, pingüinos y chungungos, animales de menor dimensión y que efectivamente puedan recuperarse. De igual manera hemos liberado al mar un par de tortugas que han llegado a estas costas por el fenómeno del Niño, pero este caso en particular, de un cetáceo de casi diez toneladas de peso y10 metros de tamaño, que varó viva en horas de la mañana, no es recurrente».

Sostuvo que la información la recibieron a eso de las ocho de la mañana, «e inmediatamente nos trasladamos al sector con personal del servicio, en donde se coordinó con la Armada, Carabineros y la Municipalidad e, incluso, los pescadores de manera voluntaria prestaron ayuda y socorro, porque mover a un animal de estas dimensiones, y desvararlo, es un tema altamente complejo».

López explica que estas ballenas «son animales que respiran por pulmón, entonces al momento que encallan el riesgo de asfixia es inminente, especialmente por el peso mismo del cuerpo. Sumado a eso, estamos en proceso de marea baja, así que el animal corría el riesgo de estancamiento, que fue lo que ocurrió. Se intentó de múltiples formas, incluso con el apoyo de la ciudadanía, pero finalmente el animal lamentablemente falleció debido al mismo peso de su cuerpo, y habría muerto por asfixia». De todas formas, asegura, «se tomaron las muestras respectivas de necropsia».

Posteriormente la ballena fue sepultada en la misma costa.

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