El informe técnico del proyecto Filo del Sol desató críticas de gremios argentinos por la eventual contratación de trabajadores chilenos. En Chile, las autoridades destacan la posibilidad de profundizar la integración productiva.

Joaquín López Barraza

El informe técnico publicado por Lundin Mining sobre el desarrollo de los proyectos Filo del Sol y Josemaría, ambos ubicados en la provincia argentina de San Juan, confirmó que el personal podría incluir trabajadores chilenos, lo que desató una fuerte reacción desde el Colegio Argentino de Ingenieros de Minas. Desde la Región de Coquimbo, sin embargo, la mirada es distinta: se valora la experiencia chilena y se proyectan sinergias productivas binacionales.

El documento de más de 400 páginas que Lundin publicó el 16 de junio señala que el personal futuro «se contrataría en la provincia de San Juan y Argentina, siempre que sea posible, pero también podría contratarse en Chile, que cuenta con una sólida industria minera y personal minero experimentado». Esa mención bastó para encender las alarmas en el sector profesional trasandino.

Resistencia gremial en Argentina

«El personal podría proceder de Chile, dada la experiencia de ese país en la minería del cobre», advirtieron desde el Colegio Argentino de Ingenieros en Minas (CADIM), acusando que «se estaría actuando en detrimento de la contratación de mano de obra local».

También criticaron que se considere a trabajadores extranjeros «fuera de los marcos legales existentes» y que las empresas no estén formando capital humano en San Juan.

En Coquimbo ven sinergias

Mientras en San Juan se alzan voces críticas frente a la eventual llegada de profesionales chilenos, en el otro lado de la cordillera la reacción ha sido diametralmente opuesta.
En la región de Coquimbo, autoridades y expertos ven en este escenario una oportunidad para profundizar la cooperación productiva.

Así lo expresó la ministra de Minería, Aurora Williams, quien puso el foco en la posibilidad de colaboración en una entrevista con este medio durante su última visita a la región, donde fue consultada por el posible cambio del escenario estratégico con la aparición de Filo del Sol.

«Este proyecto que se está desarrollando en lo que se denomina el distrito Vicuña tiene yacimientos en Argentina y tiene yacimientos en Chile. Lundin además es el dueño de Caserones y de Candelaria. Podemos ver que aquí tenemos un espacio productivo bien importante», dijo.

Exportación de talento chileno

A juicio de la ministra, la apertura de proyectos mineros en el lado argentino no debilita el liderazgo de Chile. «Nos da oportunidades, porque nosotros tenemos experiencia, tenemos proveedores, tenemos infraestructura. Por tanto, podemos complementar esa producción», sostuvo.

Además, valoró que esto podría potenciar los yacimientos del lado chileno y fomentar alianzas entre empresas de ambos países. «Podemos colaborar en desarrollar proveedores, podemos colaborar en buscar asociatividad entre proveedores con experiencia y proveedores argentinos. Se puede producir sinergia», subrayó.

Integración con beneficios cruzados

Una mirada similar tiene Sergio Demetrio, consejero nacional del Colegio de Ingenieros de Chile y presidente del Instituto de Ingenieros en Minas. «Es lógico, Argentina no tiene una industria minera desarrollada como la nuestra, y eso implica que tampoco cuentan con el capital humano necesario. Por eso buscan profesionales con experiencia, y ahí entran los chilenos, para bien o para mal».

Para Demetrio, lo que está ocurriendo en San Juan podría marcar el inicio de una integración productiva más profunda. «Si logramos abrir esta relación con Argentina, todo podría mejorar. Esto no es solo empleo. Es movimiento de personas, turismo, comercio. Los puertos chilenos crecerían porque moverían más carga. Incluso podríamos procesar material argentino aquí y ofrecerles nuestros servicios especializados», agregó.

Capital humano con sello nacional

Además, destacó que Chile ya ha demostrado capacidad para exportar talento en minería. Señaló que actualmente Chile tiene profesionales en bastantes partes del mundo «porque han sido valorados. Ya exportamos profesionales, ya exportamos mentes. Son pocos todavía, pero porque nosotros somos pocos».

Sobre las críticas desde los gremios argentinos, su análisis fue más amplio. «Es normal que cuando llegan trabajadores de otro país, los locales se sientan incómodos. Pero si esos trabajadores vienen a aportar, compartir conocimiento y formar equipos mixtos, todos ganan. Así es como se construye un sistema mejor», reflexionó.

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