El Movimiento Andha Chile, ampliamente conocido por sus acciones de protesta en favor de los deudores habitacionales y luego, en 2013, por la candidatura presidencial de su líder, Roxana Miranda, se encuentra embarcado tras nuevo objetivo: lograr su inscripción como nuevo partido político.
“Llevamos diez años de organización y hace al menos cinco años, tratando de legalizar una herramienta. Tenemos experiencia, hemos madurado políticamente, y después de la candidatura presidencial decidimos no apoyar otra alternativa, sino que legalizar la propia, y utilizando no otro nombre sino el mismo”, señaló Miranda, quien concurrió a La Serena para apoyar el proceso de recolección de las firmas notariales exigidas por el Servicio Electoral.
Para lograr su conversión desde un movimiento a un partido, Andha (acrónimo de Agrupación Nacional de Deudores Habitacionales) debe reunir un mínimo de firmas en al menos tres regiones del país. En la Región de Coquimbo este número asciende a 650. Las otras regiones consideradas son Biobío y Aysén. El plazo para terminar el trámite vence el 5 de diciembre.
Miranda asegura que el objetivo detrás de este esfuerzo es “levantar una alternativa ciudadana, que sea sin ideología, y clarito: nada con la Concerta, nada con la derecha, el PRO ni nada, sólo con organizaciones que luchan”.
-¿Con qué organizaciones pretende colaborar Andha Chile?
Todas aquellas organizaciones que luchan contra el capital, que sean anticapitalistas, que voten por reivindicar derechos de la gente. Nosotros somos un movimiento que ha defendido por años el tema de la vivienda, pero ya va más allá: es soberanía alimentaria, cómo convivimos en comunidad; ver que, por ejemplo, en las municipalidades no se apunta a que la gente viva en las mejores condiciones. Ya Andha no es sólo la casa.
-¿Qué ventajas tiene para ustedes ser partido político?
De partida, impides que pretendan instrumentalizarnos, como lo han hecho siempre. A nuestro movimiento lo han quebrado distintos bloques (políticos). Éramos instrumentalizados, la base social tensionada, los dirigentes también. Una de las ventajas es que logramos autonomía política.
Lo otro, después de la candidatura presidencial instalamos una forma de hacer política distinta. Tiene que ver con cómo disputamos espacios de poder. Nosotros preferimos ver a una vecina en un cargo y no a los mismos que están apernados por años.