En el TOP de La Serena se desarrolla el juicio oral que busca responsables por la muerte de Romario Veloz, hecho ocurrido en octubre de 2019. Se han tomado declaraciones, interrogando a los imputados (la defensa) y contrainterrogando a los querellantes. Dos militares han dado sus declaraciones.
Como suele suceder en un juicio oral, las jornadas son intensas y noticiosas si se siguen desde el comienzo.
Dos días de alegatos en el caso de Romario Veloz, asesinado en 2019, y ya el público presente en la sala, tal abogado y juez, comienza a entregar su opinión.
Se han tomado declaraciones, interrogando a los imputados (la defensa) «y nosotros los contrainterrogamos porque no son nuestros testigos», cuenta la abogada querellante Adriana Rojas.
Este lunes fue el turno del capitán de Ejército imputado por el Ministerio Público -con adhesión del INDH, Consejo de Defensa del Estado y defensa de las víctimas- por la muerte del joven ecuatoriano, y ayer, con el cabo M.A.R.B., a quien interrogó la Fiscalía, faltando aún los querellantes y las defensas, lo que ocurrirá hoy.
Preguntas varias al capitán, que culminaron ayer, en el contexto de lo que sucedió ese día frente al terminal de buses de La Serena: ¿Estaban en condiciones de haber podido prestar ayuda?
«Si hubiese visto algún herido o si me hubiese informado en el sector del Mall, la verdad es que no estábamos en condiciones de prestar ayuda porque era una zona insegura para nosotros…», sostuvo.
La otra pregunta, también de su abogado: ¿Por qué resultó una persona fallecida y dos heridas?
«Si fuese un tiro militar, sería por la mala manipulación del armamento, o si se manipuló no siguiendo las órdenes que yo entregué de realizar un tiro a fogueo, o también por el desperfecto de los mismos…».
Una parte de
la verdad
Tras el interrogatorio al capitán, fue el turno del cabo M.A.R.B., imputado como autor del delito de apremios ilegítimos causando lesiones graves gravísimas.
Sentado frente a los jueces, habló. Y contó primero como ingresó al servicio militar y después lo que pasó esa jornada en La Serena.
«Me acuerdo que mis compañeros estaban todos asustados porque jamás habíamos vivido algo así y tampoco estábamos preparados…».
Y agregó: «jamás vi una persona en el piso, pero sí recuerdo haber visto a alguien, al cabo Troncoso, haberle disparado a una persona en la pierna. Y se lo dije al fiscal acá presente cuando me llamaron por segunda vez a declarar».
Tras los hechos, en un estacionamiento comienza el conteo de municiones, donde reconoce: «me di cuenta cuando me revisaron el cargador, que fue mi teniente Garrido, que me faltaba una munición. El teniente Garrido revisa mi cargador y después de esto me entero, en el año 2020, que había sido sancionado porque le encontraron munición de guerra en su pieza».
Entonces preguntó el fiscal regional: ¿Usted cree que lo cargó con una munición de fuego? «Sí», respondió.
Para la abogada Adriana Rojas, entre las declaraciones y el contraste con algunos elementos de prueba que se ha hecho, especialmente por la Fiscalía, «hemos podido ir viendo lo que creemos que es una parte de la verdad de los hechos que ocurrieron el 20 de octubre».
Respecto a los dichos del cabo, de que fue inculpado, apuntó Rojas que «nosotros tenemos una querella y un juicio paralelo en contra de Garrido y otros cabos por obstrucción, también por esas municiones que se encontraban en su habitación. Lamentablemente el Ejército no quiso entregar esa munición, por lo que se dilató mucho y tuvimos que separar las causas…».