El relato de una familia asaltada en su casa: «Nos tiraron al suelo y nos apuntaron con pistola»

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Los hechos se remontan al domingo 23 de abril, pero la sensación de inseguridad de esta familia no termina. Escuchan crujir la puerta por las noches y los
recuerdos del incidente los embarga. 
«Ahora habrá que resguardarse más, encerrarnos nosotros…», se lamentan.

La tranquila noche que pasaban Sandra, Leonel y su bebe de un año y siete meses se convirtió en una pesadilla cuando irrumpieron en su dormitorio cuatro sujetos encapuchados que les apuntaron con pistolas. La desesperación en cuestión de minutos creció a medida que aumentaba la brutalidad de los asaltantes.

Todo ocurrió el domingo 23 de abril, a las 23.07 horas, «y me acuerdo perfectamente porque pesqué mi teléfono para llamar y como no alcancé…», cuenta Sandra, todavía con temor por lo sucedido al interior de su vivienda ubicada en el sector de Pinamar, en Las Compañías, hasta donde llegaron hace un mes «buscando tranquilidad».
Un televisor…

Esa noche, luego de ver la televisión, se acostaron y apagaron todas las luces, cuando un fuerte ruido los despertó. Eran patadas en la puerta del living.

«En ese momento mi pareja se levanta para afirmar justamente la puerta del dormitorio, pues ya habían ingresado a la casa. Yo por la ventana comienzo a gritar que nos están asaltando, para que los vecinos enciendan la alarma, pero mientras hicimos eso ya estaban adentro de la pieza…», relata Sandra.

Fue quizás la escena más desesperante, porque Leonel estaba en el suelo con una pistola en su cabeza, y otro sujeto, casi un menor de edad, amenazando a Sandra y a su bebé, a quien había levantado de la cuna.

«Aguanté dos o tres patadas en la puerta, y cuando entraron me apuntan con una pistola, me tiran al suelo y apuntan a mi pareja, que tenía a nuestro hijo en sus brazos. Incluso la puerta aún tiene la marca y un orificio, pues le pegaron con un destornillador», recuerda Leonel, con permiso en su trabajo estos días precisamente para acompañar a su mujer, la más afectada con lo acontecido.

¿Y qué se llevaron? Un televisor, un celular y la cartera, «pero fue más el destrozo de las puertas», dice.

Ya más tranquilos vienen las interrogantes, y claro, fue poco lo material, «pero el daño psicológico y la salud mental con la que quedamos, sumado al miedo… Ahora hay que volver a la rutina del trabajo y viene la duda de por qué nosotros, acaso van a volver, estarán detenidos?», se pregunta Sandra.

Leonel asiente con su cabeza mientras le toma la mano, y responde: «Ha sido terrible, puesto que en las noches siguientes no dormíamos. Hoy estamos más tranquilos, pero escuchamos una bulla y saltamos, o cruje algo y la angustia de que se vuelva a repetir es enorme. Se pierde la tranquilidad con esto, y es justamente lo que veníamos buscando. Vivíamos en el valle y hace un mes elegimos este lugar, que es más tranquilo, pero nos encontramos con esto. Uno no se imagina que te puede pasar. Nos cambiamos felices y ahora nos encontramos con esto y con el temor de que vuelva a ocurrir».

Salvó la alarma

Los asaltantes no estuvieron más de tres minutos, pero fueron eternos para esta familia. Carabineros llegó tipo 23:20, porque andaban buscando un vehículo que se habían robado en San Joaquín, el mismo que llegó hasta Las Compañías esa noche, seguramente en un tour delictual.

«Capaz que dieron antes un par de vueltas y, como teníamos la luz apagada, entraron. Ahora subimos las rejas y a la puerta le pusimos un doble seguro, así que estamos encerrados».

Por fortuna para ellos comenzó a sonar la alarma comunitaria enseguida y eso ahuyentó a estos esperpentos, quienes salieron con un nutrido botín.

«Al sonar la alarma salieron algunos vecinos, pero los mismos delincuentes con armas los amenazaron para que se entraran cuando iban saliendo con las cosas sustraídas. A la casa ingresaron cuatro, porque seguramente el quinto sujeto estaba esperando en la camioneta, pero eran dos vehículos, aunque a este pasaje entró solo uno», señala Sandra.

En la huída chocaron en la esquina, o quizás le tiraron el vehículo encima a uno de los vecinos que se asomó.

«Carabineros nos preguntó, al momento de tomar las declaraciones, si teníamos rencillas con alguien, pero la verdad es que no, el núcleo familiar lo formamos nosotros tres y nunca hemos tenido ningún problema. Esta vez nos tocó a nosotros, mala suerte. Fue la bienvenida que nos dieron al llegar a este sector (ríe Sandra nerviosa. Ahora habrá que resguardarse más, encerrarnos nosotros…».

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