El próximo 7 de noviembre, miles de jóvenes se reunirán en la ciudad de Ovalle para dar vida al Encuentro con el Pastor 2015, cuyo lema es «Joven a ti te digo, levántate y anda». Y a pesar que aún queda más de un mes para la convocatoria, estos mismos grupos juveniles se han puesto la camiseta de la solidaridad y han acudido en ayuda de los damnificados por el terremoto y tsunami que recientemente afectó a la zona.
«Apenas conocida la tragedia nos juntamos como Vicaría de Coquimbo para hacer un catastro e identificar que necesitaban los damnificados. Y así hemos acompañado a los vecinos, entregándoles el apoyo y ánimo necesario, colaborando con lo que les haga falta», indicó Diego González, coordinador de la catequesis de Confirmación de la parroquia «San Juan Bautista».
Alegres y agradecidos, habitantes del sector Baquedano y del balneario de Tongoy, día a día reciben a los miles de voluntarios, quienes les han ayudado a retirar los escombros. Entre ellos, integrantes de la Pastoral Juvenil de las parroquias de la Vicaría de Coquimbo, ofreciendo agua y atención tanto a afectados como a otros voluntarios. Desde Ovalle también viajaron especialmente para ayudar y, debido a que también sufrieron consecuencias del gran sismo, se han organizado para ir al encuentro de quienes perdieron sus casas en la Vicaría de Limarí.
«Fue emocionante estar junto a los damnificados entregándoles ayuda. Muy significativo, además, pasar Fiestas Patrias con ellos, porque a causa del mal momento que están pasando necesitan compañía; ellos lo retribuyen con mucho respeto, cariño y gratitud. Uniéndome a las palabras de los afectados, la naturaleza enseña a no ser materialistas y también nos invita a ser cada vez más solidarios», destacó Johanka Veliz, coordinadora de Pastoral Juvenil de la parroquia «San Vicente Ferrer» de Ovalle.
No tan sólo retirando los escombros, que dejó la destrucción provocada por el maremoto, o entregando víveres, útiles de aseo y ropa, es lo que reúne a los jóvenes. Ya que ante tan enorme catástrofe, una palabra de aliento, la oración y el acompañamiento espiritual, son parte del voluntariado que tanto han agradecido los damnificados.
Y, precisamente, la ayuda y alimento para el alma, ha sido uno de los principales objetivos que se plantearon desde el Departamento de Pastoral de la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo. «Principalmente hemos estado acompañando a las familias afectadas realizando la llamadas rutas solidarias, las que consisten en recorrer el sector afectado, dedicando tiempo a las personas, compartiendo un café y entregando ropa, frazadas y velas para que puedan pasar la noche.», señaló Macarena Aranda, integrante del voluntariado «Ruta Nocturna» de la casa de estudios.
Asimismo, los fieles han tenido la posibilidad de celebrar la Santa Eucaristía en la misma zona cero, como ocurrió el pasado domingo 20 de septiembre, realizar oraciones comunitarias cada día e, incluso, un Vía Crucis por las calles del sector, actos litúrgicos presididos por el Pbro. Ariel Robledo, Asesor Arquidiocesano de Pastoral Juvenil y párroco en «San Juan Bautista» de Coquimbo.