Experto en mineralogía y fumarola de Los Choros: «Iría feliz, porque la mina la conozco muy bien»

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Las fumarolas que se han visto en un cerro distante a unos 12 kilómetros la localidad de Los Choros, y cuyo terreno pertenece a una pequeña empresa minera llamada Vulcana (mina de cobre) y que dejó de funcionar en los años sesenta, ha causado asombro –y hasta curiosidad- entre quienes han llegado al lugar a tomar fotografías.
Es que se pensó lo peor. Si hasta de un volcán se habló por desconocimiento de la geología. Y que la flora y fauna desaparecería. Eso y más. Por lo mismo, la Gobernación de Elqui y algunos seremis, además del director regional de Sernageomin, Emilio Lazo, aclararon la situación en una conferencia de prensa este día martes, donde explicaron que «el gas se debe a la unión de agua con pirita y oxígeno que crea una especie de azufre que expele vapor».
De esta manera se descartó la contaminación o un peligro para la comunidad, aunque de igual manera vendrían expertos de Santiago para investigar el sitio.
Sin embargo, Diario La Región consultó al académico de la Universidad Pedro de Valdivia, Claudio Canut de Bon, profesor de mineralogía y geología, quien señaló que «sería interesante que puedan venir (expertos), pero en la Universidad de La Serena existen académicos en geología y mineralogía con doctorados que tendrían mucho interés en ir a ese lugar, excavar un poco y ver cómo se está produciendo esa oxidación de un mineral piritoso, muy común, que produce gas y que es un fenómeno mineralógico, muy localizado, y que no es para constituir una alarma, pero sí tema de estudio».
Canut de Bon, quien ha publicado trabajos científicos en Congresos Geológicos y editado libros de la historia minera regional, por lo que algo sabe del tema, fue claro en indicar que «después de haber averiguado la ubicación y el nombre de la mina, se trata de un pequeño yacimiento de cobre que ha sido estudiado muchas veces por la Universidad de La Serena y en la Enami, cuando era ingeniero informante acá en La Serena. Posteriormente, esta mina abastecía de minerales de cobre la planta El Molle, cerca de La Higuera, y que no se continuó porque el mineral de cobre tenía bajas recuperaciones y se abandonó».
Agregó que «entre los minerales acompañantes a la calcopirita, en esa mina, el mineral de cobre útil, existía otro mineral llamado pirrotina (variedad de pirita, sulfuro de hierro) que solamente se encuentra masiva en este tipo de yacimiento; es una pirita que tiene la propiedad física de descomponerse con la humedad del aire, de la neblina o de lluvias, en forma muy lenta si queda expuesta a la acción de los agentes atmosféricos. La pirrotina, al oxidarse forma sulfato de fierro e hidróxido de fierro, que son de colores amarillentos y el mineral se desmorona, se deshace. No se producen gases durante eso. Ahora, pudieran existir trozos de pirrotina masivos enterrados dentro del desmonte aún y que han sido alcanzados por las oxidaciones de las posibles infiltraciones de humedad de las neblinas, que en esa zona costera mojan mucho las piedras. Esto estaría provocando muy posiblemente un curioso fenómeno de oxidación y desprendimiento de vapores, caso muy raro, mineralógicamente, y que por eso debiera ser estudiado por curiosidad académica siquiera».
Explica este ingeniero de minas, que además ha sido consultado desde Estados Unidos por la Asociación Mineralógica Internacional para bautizar un nuevo mineral con su nombre, «Canutita», encontrado por un grupo de investigadores de nuevos minerales al que pertenece (se encuentra en google) que «se está perdiendo una ocasión preciosa de hacer un estudio académico de ver cómo se está oxidando una pirita del tipo pirrotina, que estaba más resguardada de la acción atmosférica de la humedad y donde no se desprende de ninguna manera el azufre, pues cuando una pirita desprende anhídrido sulfuroso, que es un óxido de azufre, tiene que estar sometido a temperaturas de tostación sobre 400° dentro de un horno, y ahí sale recién esta gas tóxico que es el gas picante y que cada vez que encendemos un fósforo, es el gas que se está sintiendo por la combustión del azufre. ¿Gas tóxico? Si meto la nariz dentro de ese hoyo seguramente que voy a salir estornudando y no más que eso, además de la irritación en los ojos si es que hay combustión de azufre».
Aclara, sin embargo, que «no hay reacción química entre el agua y el azufre. El azufre se puede quemar y arde; se usa mucho en agricultura como desinfectante. Quizás en la oxidación de la pirrotina se ha liberado un poco de azufre y eso se vería en el terreno si existen manchas amarillas y además ha producido sulfato de fierro que no es tóxico».
Respecto a que si es muy habitual esta humareda responde que es «un fenómeno muy localizado y pequeño, que tendría interés en describirlo un académico de la universidad, pero no es para alarma pública. Es una exageración, producto del desconocimiento de la mineralogía. Ahora, habría que excavar un poco para ver de dónde procede el gas, pero es casi seguro que es la oxidación de una pirrotina y sería de interés tomar la temperatura dentro para ver si hay alguna oxidación que desprende calor y que llegue a quemar azufre, si es que se libera azufre nativo, elemental…».

Pese a que el fenómeno no tiene mayores riesgos, la visita de expertos en la zona sería interesante para compartir ideas. No obstante, para el académico de la UPV y que por más de 30 años también dictó clases en la Universidad de La Serena, el problema es que «suelen olvidarse de que dentro de las universidades –locales- existen otros expertos profesores, doctorados en química y mineralogía y que estarían encantados de ir al terreno. Yo mismo iría y cooperaría con mucho interés, porque la mina la conozco muy bien. Esa mina se trabajó en los años sesenta y yo era ingeniero de la Empresa Nacional de Minería, así que me tocó varias veces hacer informes geológicos de ahí y fue en ese tiempo que nos tropezamos con un mineral nuevo de pirita que es la pirrotina y que no era frecuente encontrar en otros lados».
Canut de Bon, además, será galardonado el próximo 26 de agosto por la «Medalla Ciudad de La Serena» a su labor científico académica y como historiador de la minería local, otorgado por la Municipalidad de La Serena.

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