Finaliza el capítulo más doloroso del ex Mercado Municipal de Coquimbo

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A eso de las 12 de la noche de este lunes, dos maquinarias terminaron por derribar el cierre perimetral del añoso edificio ubicado en la calle Varela, en la ciudad de Coquimbo. Y si bien la medida era solo cuestión de tiempo ante una decisión irremediable de parte de los dueños del terreno, la ciudadanía se manifestó nostálgica ante la caída definitiva de los muros. Aquí, la historia de un Mercado que antaño fue considerado como uno de los puntos de atracción más importantes del puerto. Con más de 160 años de antigüedad, su valioso patrimonio comienza a quedar en el pasado para abrir paso a nuevas obras en el centro de la urbe.

Los escombros de adobe eran la tónica del amanecer coquimbano. Transeúntes y uno que otro locatario caminaba entre los residuos que quedaban de un operativo que hoy tuvo su etapa de mayor avance: La demolición total.

«Es doloroso observar cómo quedó todo esto, después de años ocupando este espacio como una fuente de patrimonio, cultura y sostén económico de muchas familias», decía un locatario que llegaba a observar la triste escena.

Caber recordar que locatarios iniciaron una férrea resistencia contra desalojos que impulsaron privados (dueños del terreno) . Durante el último año hubo de todo en este conflicto, como el escándalo de septiembre del año pasado, cuando una turba llegó con palos a sacar a vendedores que protegían sus puestos de empleo ante un escenario lleno de incertidumbre.

La problemática no se detuvo. De hecho creció en violencia con amenazas, recursos judiciales y duros desalojos a los poquitos comerciantes que quedaban, atendiendo prácticamente con lo puesto y con los ruidos de la maquinaria pesada.

Y es que todos los presentes coincidían que con esta demolición se iba gran parte de la identidad porteña. Esos años grosos, cuando el Mercado era copado de turistas que se servían platos típicos de la costa, y con habitantes locales que conseguían los mejores precios en cuanto a frutas y verduras.

Son años y años de historia. El recinto albergó el primer Concejo Municipal de Coquimbo. Fue un 5 de mayo de 1857, bajo el mandato del alcalde José Joaquín Edwards, autoridad que le dio relevancia a un espacio donde se comenzaron a tomar las decisiones más relevantes de la comuna.

Además, el ex mercado supo recibir a Gabriela Mistral tras obtener el Premio Nobel en el año 1945. El relato de diversos historiadores del edificio, como el licenciado en arquitectura Jorge Gómez Ramírez, hace referencia a que sin duda fue un espacio ocupado en diversos momentos importantísimos para la región. Antes del episodio de Gabriela, el mercado ya comenzaba a consolidarse como patrimonio, justo en pleno casco histórico. Al frente del edificio se encontraba el cuartel de Carabineros; el regimiento Coquimbo, que vuelve de Lima tras la guerra con Perú, lo festeja ahí mismo; en la revolución de 1891 estuvieron albergados allí los regimientos de Balmaceda.
Luego de un fuerte terremoto se cae finalmente el segundo piso, quedando solo el primero, donde se vendían productos agrícolas, pero también tenía sus relaciones artesanales, mayoristas y portuarias.

En ese contexto de prosperidad, el ex alcalde de la comuna, Pedro Velásquez, en acuerdo del concejo municipal de la época, decide vender el edificio en 2004, quedando en manos privadas del señor Jorge Rubio (esposo de una funcionaria municipal de nombre Cecilia Ponce), dueño de Inversiones Mercado S.A. Lo anterior dejó un mar de dudas, ya que muchos interesados en el conflicto señalaban que el proceso de remate se habría hecho con una serie de irregularidades.

Sin embargo, el nuevo propietario permitió a los locatarios históricos continuar en el recinto como arrendatarios. La paz alcanzada se terminó de golpe en marzo de 2019, cuando el dueño informó que pretendía demoler el edificio para crear un lujoso estacionamiento de tres pisos con una serie de locales comerciales en su interior.
Así los arrendatarios del inmueble empezaron a ser víctimas de constantes intentos de desalojo, cada vez más agresivos. Intervino el ex alcalde Marcelo Pereira, pero decía en su momento que «no podemos hacernos cargo de algo que fue vendido hace mucho tiempo atrás»

Quizás el último de los traspiés que sufriera el ex Mercado fue la desestimación del Consejo de Monumentos Nacionales de decretarlo como Monumento Nacional. Y si bien se dio plazo para una segunda revisión, ni los desalojos ni los trabajos con maquinaria se detuvieron. El resto es historia conocida.

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