Aunque la idea gusta en el partido que lidera el senador Matías Walker, en la otra vereda advierten que «la mayoría no está de acuerdo…».
Unos dicen que sí, otro que no. En Santiago, por ejemplo. O la «elite de ciertos personajes». Lo cierto es que la idea de unión entre los partidos Demócratas y Amarillos surge para fortalecer el centro político.
En Demócratas creen que sería fundamental enfrentar juntos las parlamentarias de noviembre, como explica el senador Matías Walker. Una idea que es refutada por Tomás Yávar, secretario general de Amarillos en la región de Coquimbo, al señalar que «el senador ha mentido en sus declaraciones, y no es cierto, porque la discusión en una lógica de mesas regionales la mayoría no está de acuerdo».
La voluntad está
Una reflexión que no es de ahora, sino que viene dando vueltas hace meses, especialmente en Demócratas, partido que lidera Walker.
«La voluntad está, y de ellos también. Se está conversando a nivel de directiva nacional y espero que eso pueda fructificar, porque Chile necesita un partido de centro, fuerte, lejos de los extremos», expresó.
Unirse, tal como lo hizo el Frente Amplio, es el objetivo, dice Walker, porque «creo que hay que avanzar en gobernabilidad. Y para tener más gobernabilidad en Chile, hay que tener partidos fuertes, terminar con la dispersión política que siempre afecta a la gobernabilidad y los acuerdos».
Respecto a los plazos, aseveró que la meta es que en las elecciones de noviembre «podamos enfrentar, unidos junto a Amarillos, como un solo partido las elecciones parlamentarias, y la voluntad es la misma. Hemos conversado mucho con el presidente nacional de Amarillo, con la directiva y hay muy buena voluntad».
Mucho por recorrer
Desde la vereda contraria, aseguran que hay muchos pasos que recorrer para asegurar que eso pueda suceder».
Y según las tendencias o las conversaciones internas del partido, explica Yávar que «no hay ninguna posibilidad, porque muchos de los militantes del partido entendemos que somos un proyecto muy distinto al de Demócratas, además que ha costado más desarrollarlo, porque tenemos un trabajo político, de sentido colectivo, más que liderazgos personales, como le pasa a Demócratas».
Además, como partido «tenemos un solo diputado, y eso implica que el trabajo colectivo es más importante que el peso específico parlamentario».
Piensa que al fusionarse básicamente por una necesidad coyuntural, «el partido podría desaparecer», por cuanto en militancia «son el doble de nosotros, tienen cuatro diputados y dos senadores. Entonces, en la unión, lo primero que va a pasar es que el proyecto amarillo vaya a desaparecer».
Sí cree que lo mejor existe algo ya conversado, «pero dentro de una elite de ciertos personajes de Santiago, eso es cierto, pero en las directivas del partido, la mayoría no está de acuerdo con la fusión».