Tras el acuerdo del gabinete regional en torno a incorporar la desalación como nueva fuente hídrica para la zona, autoridades de gobierno, parlamentarios, consejeros regionales y municipios llegaron hasta la planta desalinizadora de Caldera, la más moderna de Sudamérica.
La región de Coquimbo enfrenta la sequía más grave de los últimos 40 años, por lo que el Gabinete Regional acordó avanzar en la construcción de plantas desalinizadoras que permitan resolver la situación hídrica regional, priorizando el agua para el consumo humano, la agricultura familiar y campesina, y para el desarrollo económico local.
Por ello es fundamental sumar voluntades para concretar dicho proyecto. Lo que se reflejó en la visita de diferentes autoridades locales a la planta desaladora que opera en Caldera, en Atacama.
El delegado presidencial regional de Coquimbo, Ru-bén Quezada Gaete, valoró que llegaran a su convocatoria una amplia diversidad de autoridades, ya que «se da una señal de unidad ante una temática que nos afecta a todos. Por lo mismo, tenemos que tomar las decisiones y las acciones para no arrepentirnos en el futuro».
Quezada puntualizó que se necesitan respuestas claras y urgentes «ante esta alternativa que nos ayudaría a asegurar la sustentabilidad hídrica al menos para el consumo humano, pensando en seguir avanzando en agua para riego y para el desarrollo de nuestra región».
Por su parte, el consejero regional Javier Vega destacó que en la instancia pudieron reunir los elementos «para tener una discusión fraterna con la ciudadanía, con los elementos tecnológicos claros y con claridad en términos medioambientales».
Respaldo parlamentario
Garantizar el suministro de agua para el consumo humano es una de las principales preocupaciones regionales ante la escasez hídrica. En este escenario, el senador Daniel Núñez expresó que «nos parece que una iniciativa de este tipo, una planta desaladora del Estado que nos dé seguridad hídrica, es lo que necesitamos».
En tanto, la diputada Carolina Tello comentó que «existen estudios científicos que avalan justamente que el impacto que tienen es muy bajo en relación con el beneficio que entregan».
