Isidora lucha tras retraso de operación

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La niña serenense de 8 años debía someterse a una cirugía múltiple por estos días, pero el procedimiento se postergó por un mes, generando la preocupación de la familia. Recordemos que la menor sufre al menos 10 patologías, por lo que su caso es estudiado por especialistas alemanes, para corroborar que padece de un desconocido síndrome.

Un nuevo traspié sufrió la pequeña Isidora Torres y su madre, María Ignacia Lobos. Esto, luego que, desde el Instituto de Neurocirugía de Santiago, retrasaran la operación múltiple a la que debe someterse la niña de 8 años, según María Ignacia, «debido a problemas en la documentación. Trámites que faltaban realizar».

Isidora, tenía que ser intervenida a fines de febrero o principios de marzo, pero ahora deberá esperar hasta los últimos días de este mes, o iniciando abril.

La situación preocupa a la familia, pues temen que la pequeña pueda presentar algún problema durante este tiempo, pero a la vez, sienten esperanza de que todo saldrá bien y que esta nueva fecha, servirá para organizarse mejor.

Claro, María Ignacia tiene otra hija y todavía no tenía claro cómo lo haría con ella, ya que la madre debe trasladarse con Isidora durante tres meses a Santiago una vez que pase por el quirófano. «Esto se puede ver de dos modos, el positivo y el negativo. Yo prefiero pensar en modo positivo. La enfermera de allá me dijo que no debería haber problemas, y me quedo con eso. Con esto, además tengo más tiempo para acomodar a mi otra hija y reunir algo de recursos», indica María Ignacia Lobos.

Un largo camino

Recordemos que la pequeña Isidora, hasta los dos años y medio era totalmente normal, pero tuvo que someterse a una operación por una malformación anorrectal. Sería una intervención medianamente sencilla, pero las cosas no salieron de acuerdo a lo planeado y tuvieron que repetir la cirugía cerca de 30 veces. Fueron aquellas operaciones las que cambiaron su vida y a partir de ahí, nada volvió a ser igual.

Luego de pasar por pabellón tantas veces, se le debió practicar una colostomía (procedimiento para permitir que pueda eliminar las heces fecales), que se suponía tendría durante seis meses, ya que luego su cuerpo funcionaría de manera normal, no obstante, pasó cuatro años así.

Y aquello, de acuerdo al relato de la madre, no fue la única consecuencia de los procedimientos quirúrgicos, puesto que a su hija también se le produjo una fístula, que es una conexión anormal entre dos partes del cuerpo, generalmente producto de una lesión o cirugía, algo que aquí, en el Hospital San Pablo de Coquimbo le negaron, ya que la habrían revisado concluyendo que no tenía nada.

Para María Ignacia, aquí comenzó un largo peregrinar con su pequeña. Ya no confiaba en el hospital local, e hizo reclamos ante las autoridades administrativas ya que consideró que el empeoramiento de la salud de su pequeña se debía al mal proceder clínico de quienes la intervinieron. Logró contactar con autoridades en Santiago y le ofrecieron llevar a Isidora al Hospital Luis Calvo Mackenna, para que fuera tratada allí, con los mejores especialistas. «Ahí se percataron de que las operaciones de Coquimbo estaban mal hechas e incluso le habían sacado el periné. Mi hija estaba peor. Las operaciones no sirvieron para nada, al contrario. Y me da mucha rabia porque Isidora tenía una vida normal hasta los dos años», comentó la madre.

Esperanzas truncadas

Luego de tratarse en la Región Metropolitana, la pequeña Isidora experimentó una evidente mejoría, lo que llevó a que, siguiendo los cuidados necesarios al pie de la letra, le dieran el alta médica para que pudiera volver a su casa. Fue una luz de esperanza para la familia de la menor, ya que pensaron que lo peor había pasado, pero el destino le tenía preparada otra prueba que hoy intenta superar.

Este año, le detectaron un Lipoma de filum terminal en el coxis, que constituye un bulto de grasa de crecimiento lento el que, la mayoría de las veces, se sitúa entre la piel y la capa muscular oculta. Los médicos fueron categóricos, aquello sólo se solucionaba con otra operación, la que debía realizarse a fines de este mes o principios del próximo, para evitar que esto empeore, pero que ahora se ha retrasado.

Pero, ésta no será la única intervención que a la que Isidora deberá someterse, ya que, en el camino se le han ido detectando otras enfermedades, como el Mielomeningocele, o espina bífida, una diastematomielia, y una intervención en la médula espinal. Todos procedimientos de alto riesgo, por lo que la familia no hace más que encomendarse a un ser divino y rezar para que las cosas salgan bien. «Pese a todo, tenemos esperanza, pero no podemos evitar sentir pena y angustia, porque es inexplicable cómo le fueron apareciendo todas estas cosas. A medida que pasó el tiempo, fuimos dándonos cuenta y teniendo que lidiar con todas sus enfermedades. Pensar en eso a mí me desarma, imagínate lo que debe sufrir ella que ya tiene una edad en la que se da cuenta de las cosas», cuenta María Ignacia, y agrega que su pequeña, además presenta otras patologías, las que no son operables, como la Malformación sacra, Síndrome convulsivo complejo, Foramen oval permeable al corazón, y además un trastorno espectro autista (TEA).

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