La ardua inclusión laboral de las personas en situación de discapacidad

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Cosas tan simples como el saludo o quitarles el estacionamiento, siguen invisibilizando a un importante sector de la población, que ve vulnerados día a día sus derechos fundamentales. Bien lo sabe Néstor Sierra, presidente de la agrupación de trabajadores con discapacidad en La Serena.

Según datos del Estudio Nacional de Discapacidad, en el país una de cada cinco personas adultas se encuentra en esa situación. Personas que, por su condición, se relacionan con la ciudad o el entorno de una manera distinta respecto a quienes no viven con estas características.
Así lo cree Néstor Sierra, presidente de trabajadores con discapacidad en La Serena, que cumplirá junto a la agrupación un año de trabajo firme para lograr la inclusión, «primero entregando un apoyo a las personas que tenían problemas con sus licencias médicas y hoy a personas con discapacidad auditiva, física, visual, y también tenemos a los niños TEA».
Asegura que desde siempre han debido batallar contra la discriminación en ámbitos sociales y laborales; además de que en los espacios donde deben hacer sus actividades sencillamente los excluyen.
«Desde entonces iniciamos un trabajo con Senadis (Servicio Nacional de Discapacidad) y Senama (Servicio Nacional del Adulto Mayor), además del municipio, con el que hemos tenido una buena recepción. Sin embargo, creemos que sigue faltando mucha difusión y por eso me gustaría hacer un llamado a las autoridades actuales y a las que vendrán, que ojalá se sientan más comprometidas con la inclusión».
Porque aseguran, por ejemplo en el plano laboral, que su rendimiento es muchas veces igual o mayor que el de otros, pero su incorporación todavía se topa con muchas barreras educativas, profesionales y culturales.

Falta mucho…

Néstor espera que llegue ese momento en que las autoridades no solo se refieran a la inclusión como «un decir solamente», sino que les entreguen propuestas, «ya que hace un tiempo se habló de que La Serena sería la primera ciudad inclusiva en el país, sin embargo, hoy falta mucho para eso».
Para reafirmar sus dichos, entrega datos concretos, «como los estacionamientos que nos quitan, donde no existe una fiscalización al respecto, y lo otro tiene que ver con los accesos y el maltrato, pues además de tener una discapacidad, que también nos entreguen un trato no deferente, la verdad que no es para nada simpático».
Reconoce que todavía falta mucha más visibilización, cuando en la región hay cerca de 20 mil personas en situación de discapacidad.
Y cada uno de ellos lamentando los obstáculos en calles y edificios, con falta de rampas y espacios que no consideran las características de las distintas discapacidades, lo que obliga a estas personas a solicitar asistencia, «y eso atenta contra nuestra autonomía», formula.
Para ir más al extremo, incluso en el diseño de las casas no se contemplan bajadas o espacios adecuados para que personas que se desplazan en silla de ruedas. Todo eso se suma a la realidad de enfrentarse con una sociedad que no logra ver sus necesidades.
Por eso advierte que, si se habla de inclusión, «hablemos bien y hasta el final, y que las actuales y las autoridades que están por venir, reitero, vengan con una propuesta concreta».

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