Matías Walker: «No estoy en el Congreso para sacarle el poto a la jeringa»

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Parlamentario, fustigado por sus pares y los partidos de oposición de la región, luego de votar en contra de la acusación constitucional a la ministra de Educación, Marcela Cubillos, salió al paso de las críticas y asegura que «nadie de los que lo ha criticado ha dado un solo argumento jurídico» y que la gente «lo eligió para legislar y tomar decisiones, por difíciles que sean».

Han sido días intensos los del diputado Matías Walker, luego que su voto fuera uno de los sufragios decisivos para que la acusación contra la ministra de Educación, Marcela Cubillos, no siguiera en pie. Y por eso se molestó la oposición en la región, incluyendo militantes de la Democracia Cristiana.

Bien sabía Walker que su decisión le traería «costos e incomprensiones», pero aun así sigue insistiendo, al igual que el gobierno y el oficialismo, que en todo momento se ha tratado de un reclamo político y sin fundamentos jurídicos.

«Yo tengo dos mandados: uno que me dan los ciudadanos, y el otro es la Constitución y la ley que juré respetar, y todas las críticas han sido políticas, porque nadie de los que me ha criticado en la región ha dado un solo argumento jurídico, por lo tanto quiero invitar a todos a que me entreguen los argumentos jurídicos, según ellos, y saber cuál es la infracción concreta a la ley que cometió directamente la ministra de Educación y que amerite su destitución».

Además, precisó que «es súper importante explicar que acá no votamos si aprobábamos o rechazábamos la gestión de la ministra, que yo la rechazo, pues me parece una gestión deficiente, justamente porque fui uno de los primeros en señalar como jefe de bancada que nos íbamos a oponer, y así lo hicimos al proyecto de admisión justa, porque retomaba la selección en los colegios y la discriminación en vez de la ley de inclusión. Pero esto es una cosa distinta, y lo que nosotros hemos sostenido respecto de todas las acusaciones constitucionales, en su momento contra ministros de gobierno de la Concertación y de la Nueva Mayoría, es que tenía que respetarse el principio de proporcionalidad. ¿Qué significa? Que tenía que ser de tal magnitud la infracción legal específica y acá no se acreditó una infracción legal que ameritaba la destitución de la ministra, así que creo que la gente a través de todas las declaraciones que me ha tocado hacer, ha logrado entender la naturaleza de lo que votamos».

Las quejas a su actuar vinieron de todos los sectores. Por lo mismo, insiste en que todos quienes lo estén criticando por su determinación que «me den argumentos jurídicos, porque el que tiene que votar es uno en base a las causales jurídicas establecidas en la Constitución, ya que uno está regido por el principio de legalidad».

Por tener un hermano ministro (Antonio Walker, ministro de Agricultura), algunos sostuvieron que debió haberse abstenido de votar. Y para él, claro, «hubiese sido lo más fácil, como dijo el presidente regional de mi partido, Christian Bravo. Y pucha que habría sido fácil, porque de esa manera no pagaba ningún costo y no tendría que haberle dado explicaciones a nadie, pero la ciudadanía me eligió para tomar decisiones, por complejas que sean, y de acuerdo a la Constitución y la ley, puesto que si tuviera que inhabilitarme de todas las acusaciones por tener un hermano ministro, entonces no podría haber hecho gestiones para que los crianceros pudieran llevar su ganado al sur, o para tener mayores recursos en la ley de presupuestos. A mí la gente me eligió para actuar, legislar, y no estoy en el Congreso para sacarle el poto a la jeringa -perdona el chilenismo-, pero estoy en el Congreso para tomar decisiones, por difíciles que sean, y actuar respetando las reglas del juego del Estado de Derecho».

En la vida, asegura el parlamentario, «hay que ser consistentes y la gente premia eso». Y por eso reconoce que «no voté por defender a la ministra, sino que voté por defender el Estado de Derecho, las reglas del debido proceso. Y sé que todo esto tiene costos, pero finalmente la ciudadanía termina premiando la consistencia, la consecuencia, ya que no me eligieron para ser uno más dentro del Congreso, sino que me eligieron para actuar con seriedad y con responsabilidad, de acuerdo al derecho, así que invito a todos los que me han criticado a que lean la acusación (150 páginas de la defensa de la ministra), pues la mayoría no la ha leído».

Ante las posibles consecuencias que podría tener con su partido en la región, sostuvo que «acá no caben las órdenes de partido y el presidente (Fuad Chahin, quien de paso descartó la responsabilidad de su partido en el rechazo a la acusación constitucional en contra de la ministra) me respaldó, pese a que él tenía una opinión distinta, porque yo tenía todo el derecho a votar en conciencia, porque la ley prohíbe las órdenes de partido, y ojo, que nunca hemos estado alineados en las acusaciones constitucionales, porque en la más polémica de todas, que fue la acusación constitucional a Pinochet, hubo varios diputados DC que votaron en contra. Entonces esto no es una situación inédita. También recodar la acusación contra Yasna Provoste (ex ministra de Educación y destituida de su cargo en 2008), donde dos diputados de la Democracia Cristiana no estuvieron en la sala para rechazar esa acusación constitucional, así que esto no es algo inédito. Por lo tanto, yo he dado razones jurídicas de peso y estoy obligado a actuar de acuerdo a la Constitución, así que nadie me puede obligar a actuar en forma distinta a lo que me obliga la Constitución y la ley».

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