En general, desde Senapred hicieron un positivo balance de las lluvias que cayeron con mayor intensidad durante la madrugada de ayer. Hubo rodados menores, algunos cortes de suministros eléctricos, y en cuanto a la activación de algunas quebradas, «todos los flujos discurren de manera normal», señalaron.

Después de atravesar la peor sequía en décadas, las lluvias abundantes en toda la región, que iniciaron la madrugada del miércoles, algo de esperanza traen y los más afectados se ilusionan con tener su revancha con los cultivos de este año.

No es para tirar la casa por la ventana, dicen expertos, pero las precipitaciones llegaron para renovar las expectativas de los agricultores, los más afectados por la escasez que azota a la región.

Porque hubo lluvias que llegaron a los 40 milímetros en algunos sectores, como en el Choapa, donde más precipitaciones cayeron, al igual que la nieve, explica Tomás Caballero, meteorólogo del CEAZA.

Hasta ayer por la mañana, el registro de precipitaciones del segundo sistema que ingresó, dejando lluvias en toda la región, derivó que «en la provincia del Elqui se registraran cerca de 5 a 9 mm en la zona costera, aumentando en los valles, llegando hasta los 30 mm en Pisco Elqui».

Respecto de la provincia del Limarí, «tuvimos precipitaciones más bajas en cordillera, entre los 3 y 10 mm, pero registrando cerca de 35 mm en Rapel y en la provincia del Choapa, sin duda que las precipitaciones fueron mayores, cercanas a los 10 mm en la zona costera, como Los Vilos y Canela, aunque aumentando hasta los 40 mm en Salamanca».

En cuanto a los montos de nieve, se registraron en todas las estaciones de CEAZA, entre 30 y 50 cm acumulados durante los días miércoles y jueves. En el Limarí, por ejemplo, cercano a los 55 cm y en el Choapa también cerca de los 50.

Corrientes moderadas

Desde el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED) y de acuerdo al balance general del director (s) regional, Raúl Garrido, no se reportaron por parte de los niveles comunales afectaciones a las personas o sus viviendas, pero sí algunos cortes de suministro eléctrico.

«De igual manera se reportaron rodados menores en distintos puntos de la región», pero hasta el cierre de esta edición se encontraban trabajando los equipos comunales y de vialidad para el despeje total de algunas vías.

En general, reconoce que el principal estado de algunas rutas de la región «se encuentran transitables y se presentaron algunas situaciones puntuales en algunas casas, pero que fueron atendidas por los equipos de emergencia comunales».

Producto de estas lluvias se activaron quebradas en Cochiguaz, Horcón, Paihuano, Río Hurtado y Vicuña, «pero en general todos los flujos discurren de manera normal en sus cauces, con corrientes moderadas».

Cumplir su rol y aporte

Desde el Centro Científico CEAZA, el gerente corporativo Claudio Vásquez explica que en la región todos los años se esperan pronóstico de lluvias, «pero lo cierto es que debemos asumir que habitamos en un territorio árido y, por esta razón, desde el CEAZA preferimos usar los términos ‘desertificacion’, ‘hiper-aridez’ o bien ‘aridizacion’ de la region de Coquimbo, ya que el concepto sequía, debido a la magnitud, espacialidad y temporalidad que implica, no resulta adecuado como descripción de la condición de nuestra región. Esta situación nos obliga a cambiar la forma en que estamos pensando y haciendo las cosas, tanto a nivel personal, como a nivel de empresas y Estado».

En cuanto a las medidas a corto y largo plazo, precisa que la crisis hídrica y el cambio climático «nos exigen adaptarnos a estas nuevas condiciones» y que cada uno debería cumplir su rol y aporte. «Desde el ámbito científico trabajamos para generar información que contribuya a la adaptación de nuestra comunidad y sectores productivos ante la crisis hídrica y cambio climático. El conocimiento que generamos es público y está disponible para que ciudadanos, organizaciones, empresas, gobierno y municipios puedan tomar mejores decisiones basados en datos científicos».

En este contexto, formula que «desarrollamos investigaciones para conocer los efectos ambientales de plantas desalinizadoras, investigamos sobre la ubicación de agua subterránea, operamos una red de más de 40 estaciones meteorológicas, proyectamos y analizamos los futuros efectos del cambio climático, junto con un amplio espectro de esfuerzos que confluyen en la necesidad de adaptación y resiliencia para que podamos seguir habitando en la región».

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