Quieren a ex Fundición Lambert como patrimonio histórico

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Vecinos del sector, en conjunto con especialistas, tanto del municipio como
de Monumentos Nacionales, trabajan con la idea de rescatar su legado. «Son nuestros espacios y tenemos que recuperarlos para la gente», dicen.

El deterioro parece casi inevitable. Solo un par de restos indica que ahí, cerca de 1840, se levantó la Fundición de Las Compañías. Aunque existe un lapso entre 1840 y 1843, «en que sospechamos que comenzó la construcción y el levantamiento de los primeros hornos y la chimenea, aunque no hay una certeza exacta de la fecha», cuenta el profesor de Historia e investigador local, Frank Vicencio.

Lo que en sus años, especialmente en 1850, se levantaba como una empresa ya muy modernizada, a tal punto de que el ingeniero y empresario de origen francés, Charles Lambert, permitió desarrollar una serie de manufacturas de cobre, aparte de la fundición, hoy es solo escombros.

Por lo mismo, que la ex Fundición Lambert sea un sitio que se habilite y en el futuro ser puesto en valor, es algo que no solo desea un equipo de arqueólogos y consejeros del Consejo de Monumentos Nacionales, que durante la semana visitaron el lugar, sino también los vecinos del sector.

«Cuando asumimos como junta de vecinos en 2019, decidimos ser apoyo de los vecinos, no solamente en términos sociales, sino también culturales. En la directiva somos nietas e hijas de los fundadores de La Compañía Alta antigua y nuestra motivación es recuperar la identidad del sector y de Lambert. Pero también Islón y el Borde Río, que hoy se encuentra empantanado entre la basura, los vecinos gitanos, el narcotráfico, los okupas…», reconoce Sandra Lazo, presidenta de la Junta de Vecinos.

Museo vivo

A su juicio, recuperar la ex Fundición Lambert en lo que es su historia, su contexto y su diseño ingenieril, es parte de la identidad de la región de Coquimbo, pero sobre todo de lo que fue una fundición que, en su minuto, fue pionera en el mundo, parte de la revolución industrial.

Por lo mismo, al alcalde le manifestaron su descontento y que estaban aburridos de ser el patio trasero de La Serena, «ya que Lambert es rico en historia y no solo para La Serena, sino que para Chile. Acá hay una historia maravillosa que está cubierta con escombros y basura, eso no es posible».

Y agrega: «Hemos sido bien majaderos con el municipio al respecto. Y de tanto hablar, finalmente el municipio decide interceder, cediéndoles el terreno y ahí comenzamos a hinchar y se crea la primera mesa de trabajo. ¿Sabe? como vecinos tenemos la idea de hacer algo comunitario, quizás un museo vivo o algún tipo de sendero que cuente la historia. Lo importante es que hay hartos planes y si bien es un proceso lento, ya se inició y esperemos que los gobiernos que vengan después del periodo del alcalde Roberto Jacob, entiendan que Lambert es un beneficio no sólo para Las Compañías».

Y aunque entienden que se debe desarrollar un trabajo mancomunado, ellos esperan que puedan tener «injerencia, pues son nuestros espacios y tenemos que recuperarlos para la gente».

Planchas de cobre

Frank Vicencio López es profesor de historia y geografía de la Escuela Ríos de Elqui, de Rivadavia, y conocedor de lo que ayer fue una imponente fundición, ubicada en la intersección del puente Zorrilla con Avenida Islón, cuenta que «lo más importante es que en esos años se crearon unas planchas de cobre, y estamos sospechando que fueron las primeras en Sudamérica, lo que convirtió a la Fundición de Lambert en una de las empresas más modernas del país en esa época».

Para el docente, que pronto formará parte del Departamento de Cultura del municipio de Coquimbo, «el edificio llegó a tener cerca de 15 a 20 hornos en funcionamiento continuo para procesar el cobre que venía desde El Brillador y de una serie de yacimientos mineros que estaban en el valle de Elqui».

A su juicio, lo fundamental es que se convirtió en un modelo de negocio para el resto de los fundidores chilenos, «porque, en el contexto, hay que comprender que la mayoría de los mineros exportaban el cobre con un nivel de procesamiento muy bajo, prácticamente como una materia prima sin mayor valor, en cambio la actividad de Lambert le permite a los empresarios chilenos observar un modelo de negocio que es rentable, y que es industrializar el cobre, algo que en la época era innovador».

Los trabajos, como explica el docente, «terminaron aproximadamente su proceso en 1915, cuando ya las propiedades de Lambert habían pasado a manos de la sociedad de inversiones de Federico Floto, el mismo empresario que era dueño de la cervecería».

Desde que Bienes Nacionales le entregó la concesión al municipio de La Serena, varias han sido las reuniones que se han desarrollado con personalidades de diferentes ámbitos. El objetivo, como han asegurado, es la puesta en valor. No obstante, Vicencio señal que «la iniciativa de recuperación proviene de los primeros llamados que se hicieron en los años ochenta, que no funcionaron, permitiendo la destrucción sistemática durante mucho tiempo».

Reconoce que el proceso de saqueo de las partes y piezas de la fundación, se inició en el momento mismo que dejó de funcionar. «El proceso de desmantelamiento por lo menos cumple unos 80 años, con los municipios de la época que no contaban con las herramientas, el financiamiento y la toma de conciencia de la importancia de estos sectores como sitios de memoria histórica».

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