En la antesala de Fiestas Patrias, la Seremía de Seguridad Pública coordinó junto al municipio y Carabineros los detalles del dispositivo preventivo en la Pampilla. El plan considera más de 200 funcionarios policiales, con refuerzos llegados desde otras regiones, y busca compatibilizar la seguridad en el recinto con la vigilancia de los barrios de la conurbación.
Por Joaquín López Barraza
La Pampilla de Coquimbo, considerada la fiesta más grande de Chile, concentrará este año un dispositivo de seguridad que incluye más de 200 carabineros, de los cuales 123 llegarán desde otras regiones. El seremi de Seguridad Pública, Adio González, confirmó que ya se han sostenido reuniones con el municipio y las policías para afinar los detalles del despliegue, que busca resguardar tanto el evento masivo como la vida cotidiana en la conurbación.
«Ya hemos tenido reuniones con el alcalde y el equipo, revisamos cada uno de los detalles: perímetros, cierres, cantidad de guardias, presencia de Carabineros, estacionamientos y reordenamiento general. Es la fiesta más grande del país y requiere una atención especial», señaló.
González reconoció que el principal desafío es la masividad del evento, pero también advirtió sobre la necesidad de no concentrar todo el contingente en el recinto pampillero.
«Lo crítico es no dejar que todo nuestro contingente se enfoque en la Pampilla y se deje de lado la ciudad propiamente tal. Tenemos que estar en la Pampilla, pero también resguardando los lugares donde la gente vive y hace su vida cotidiana», explicó.
El dispositivo incluirá presencia policial reforzada en los accesos al recinto, coordinación con la Gobernación Marítima y rondas preventivas en estacionamientos, además de la instalación de un stand gubernamental para difundir medidas de autocuidado. «Estamos mandatados por el Presidente Boric a hacer seguimiento a todo lo que ocurre desde el punto de vista de la seguridad pública, pero también en la prevención. Por eso la Pampilla no solo será un espacio festivo, también de educación en seguridad», agregó.
El seremi enfatizó que la estrategia para este 18 busca entregar tranquilidad tanto a los asistentes a la Pampilla como a los habitantes de la conurbación. «Nuestro compromiso es que la comunidad disfrute de estas Fiestas Patrias de manera segura, con un Estado presente tanto en la fiesta como en los barrios», concluyó.
Otras prioridades en seguridad regional
El seremi de Seguridad Pública también abordó los avances del plan regional de seguridad, que tiene entre sus delitos priorizados el robo de vehículos. Según explicó, las cifras muestran una baja en este ilícito, aunque persiste la preocupación por el robo de accesorios. «El robo de vehículos ha disminuido, pero no así el de accesorios. Para enfrentarlo hemos trabajado con la Fiscalía en establecer focos. Lo clave es que la gente denuncie, porque aún tenemos una cifra negra cercana al 50%», indicó González.
El trabajo conjunto con las juntas de vecinos ha sido otra herramienta clave. A partir de esas reuniones se han levantado operativos en distintos puntos de la conurbación, como la Avenida del Mar, Las Compañías y La Varilla. «Son los vecinos quienes mejor conocen lo que pasa en sus barrios. Esas reuniones han sido muy fructíferas porque nos han permitido planificar acciones concretas», dijo.
En uno de esos operativos, realizado en la Avenida del Mar, la presencia policial permitió además ubicar a una adolescente de 14 años que estaba reportada como presunta desgracia. «Ese día logramos encontrarla y entregarla a su familia en buen estado. Ese es también el sentido de estos despliegues: dar tranquilidad y mostrar que el Estado está presente», subrayó el seremi.
González destacó, además, la conformación inédita de una red regional de seguridad pública, firmada por todos los alcaldes y directores municipales del área. «Eso nos permitirá solicitar recursos al Gobierno Regional como bloque y no como municipios separados, para comprar vehículos, cámaras y tecnología con inteligencia artificial», explicó.
Con este trabajo en paralelo, la autoridad asegura que se busca no solo disminuir la victimización, sino también reducir la percepción de inseguridad. «Ese es el mayor desafío: que la gente vuelva a sentir que puede vivir tranquila», concluyó.