«Tenemos que hacer lo posible para que esto quede bien clarito»

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Manuel Donoso, ex arzobispo de La Serena, se encuentra de vacaciones. «Llegando a Santiago», dice a través del teléfono, después de pasar unos días en Cunco, en la Región de la Araucanía.

Sabe, pese a la distancia, que Francisco José Cox se encuentra en Chile. Que luego de 17 años de ausencia, tras vivir en Vallendar, Alemania, en una comunidad de Schoenstatt, llevando «una vida de silencio, oración y penitencia», regresó para enfrentar la justicia ante las denuncias de abuso sexual en su contra cuando cumplía funciones de arzobispo de La Serena, entre los años 1990 y 1997.

Fue justamente Donoso quien lo reemplazó cuando tuvo que ser enviado a retiro por acusaciones de abuso. En noviembre del año 2002 junto a Ezzati, primer sustituto del Comité Permanente, además de Francisco Javier Errázuriz, quien presidía la Conferencia Episcopal junto a Javier Prado Aránguiz, que era el vicepresidente, y Manuel Vial Risopatrón, secretario general, firmaron un documento llamado «horas dolorosas llaman a la conversión», soterrando las acusaciones en contra del cuestionado prelado para luego permitirle su traslado hasta a Alemania.

Por ese motivo, como señaló Josefina Gutiérrez, abogada de la Fundación para la Confianza, que lleva los casos de Abel Soto y Hernán Godoy, los denunciantes, Donoso también podría será citado a declarar.

«Él tomó conocimientos -al igual que el resto- de los hechos un tiempo atrás, por lo tanto es una persona que participó dentro de los acontecimientos que se relatan en la querella y probablemente sea citado a declarar. Pero acá el imputado solamente es Cox», dijo en su momento la jurista a diario La Región.

Y don Manuel lo tiene claro. Sabe que llegará pronto el día de sentarse frente a un juez y decir todo lo que sabe, «y me parece bien que así sea, porque es un avance esto de cumplir con la justicia, y en eso tenemos que contribuir todos. Si a mí me llaman a declarar, tengo que ir y decir lo que sé. Y lo que yo sé no se lo puedo decir a usted, lógico», comentó.

En declaraciones entregadas a Radio Biobio, Donoso algo dejó entrever respecto a que los casos por los que se le denuncia a Cox eran conocidos por todos, incluso por la policía.
«Que se vea que hay justicia y que se busca justicia, la que sea, ya que las acusaciones que hay son muy fuertes. No era secreto, esto era una cosa conocida por mucha gente, incluso la policía, pero qué pasaba, no sé, nadie me hablaba de esto durante meses», señaló.

Todo lo que sea necesario…

Ante la posibilidad de visitarlo y hablar con Cox ahora que se encuentra en Chile, en las afueras de Santiago y al cuidado de un matrimonio, según contaron desde Schoenstatt, Donoso aseguró que «estaba en Cunco, muy lejos, pero si fuera necesario juntarme con él y conversar, evidentemente haré todo lo que sea necesario y decir las cosas, lógico. De verdad que no sé en qué estado se encuentra, puesto que hace muchos años que no lo veo. Pero si fuera necesario y no un daño, todos tenemos que hacer lo posible para que esto quede bien clarito. La última vez que lo vi fue hace unos 15 años. Fue en una reunión de obispos cuando viajaba por Alemania, pero no recuerdo muy bien, yo estaba en ejercicio. Fue después del año 2002. Mi memoria no funciona tanto…».

Pero en caso que tenga que declarar su memoria tiene que funcionar bien…
«Claro, contaré todo lo que me corresponda, porque hay cosas que sí recuerdo, pero qué año fui a Alemania, no lo recuerdo mucho. Fue en un viaje y fue la última vez que lo ví».

¿Cree que con esto se cerrarán las heridas de las víctimas?
«Desearía que así fuera. Si voy a colaborar es para que se cierren las heridas, para que se haga verdad y que la gente quede más tranquila. La justicia ayuda a que las personas se encuentren con la verdad y cosas que no se supieron se sepan, lo que sea».

¿Por qué no colaboró antes con la justicia?
«Antes no colaboré y tendré que explicárselos a los jueces. Mis motivos tuve y uno de ellos fue que nadie quería que se hiciera un proceso. Las personas afectadas tampoco lo querían, entonces que más íbamos a hacer… Pero en fin, eso me tocará declararlo con toda honestidad ante los jueces, no a usted (ríe). Ahora, esas personas muchos motivos tenían para no hacerlo».

Muchos critican la ausencia del arzobispo Rebolledo en este caso, ¿piensa lo mismo usted?
«Él me leyó hace pocos días una declaración que supongo la entregará a los diarios y es bastante claro en todas las cosas, incluso menciona algo de lo que yo hice y que me tocó. Ahora no sé si habrá decidido no hacerlo, pero no sé. En todo caso él habla claramente de estas cosas, ya que siempre hemos trabajado juntos y esa declaración la encontré buena y también es un buen momento para decirlo».

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