Vecinos de Totoralillo insisten en una barrera sanitaria en ingreso al pueblo

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Llevan 15 días bloqueando el ingreso de personas ajenas a la localidad. Aseguran que es la única manera que tienen de evitar el contagio del Covid-19. «Cuidamos nuestro pueblo, la seguridad de nuestros niños y de los adultos mayores», dicen.

Se turnan para cuidar el  acceso principal al balneario. Desde entonces también piden una «cortina o barrera» sanitaria por el Covid-19.

«No estamos realizando una manifestación, sino que cuidamos nuestro pueblo, Totoralillo, ciudamos la seguridad de nuestros niños y de los adultos mayores», cuenta Tamara, dirigenta y, desde el día uno, vocera. Desde aquel viernes por la noche -22 de marzo- se han instalado 24/7 en ese punto, distante 400 metros del poblado. «Hasta que sea instalada la ‘barrera sanitaria’», advierte.

A cada residente «les estamos entregando un papel que va con el timbre de la junta de vecinos. Como es un pueblo pequeño nos conocemos todos. Somos familia y sabemos quién es de acá y quién no. Es la única manera que tenemos de cuidarnos, dejando entrar solamente a las personas que viven en este lugar».

Apoyo a las
autoridades

La dirigente reconoce que cuando tomaron la determinación de cuidar de los suyos, hicieron un llamado a los vecinos que tienen camping y cabañas, para que no las arrendaran. «Pero aun así hemos tenido inconvenientes con algunos, lamentablemente han llamado a las fuerzas especiales. Ellos quieren lucrar, traer turistas de Santiago, y eso es lo que nosotros no queremos. Estamos pidiendo ayuda a las autoridades para que nos apoyen, visto que no sabemos si estas personas que podrían llegar puedan estar contagiadas».

Ha llegado gente buscando arriendo, «pero se han tenido que ir», dice Tamara. Sin embargo, indica que «hay dos cabañas con personas que sí están arrendando, ¿y las autoridades dónde están para fiscalizarlas? Solamente viene Carabineros a hacer sus rondas».

La única manera que tienen de resguardar el orden, advierte Tamara, es haciendo turnos, los que comienzan cerca de las 23 horas.
«El primer turno parte a esa hora y termina a las 5 de la mañana, luego parte otro, y así… Ha sido cansador, pero es la única manera que tenemos de que nuestro pueblo no se pueda contagiar con el virus», señala.
Aclara que hace poco realizaron una encuesta en la mayoría de las casas, «y todas las familias están con nosotros, apoyándonos».

También, agrega, han recibido felicitaciones de muchas partes, no sólo de la región, por la manera en cómo están en el lugar. «La mayoría acá vive de la pesca y hoy no hemos podido trabajar. Mientras que estas personas que están arrendando su cabañas trabajaron durante todo el verano y siguen hoy, cuando no corresponde».

Los inconvenientes seguirán. Eso los sabe bien Tamara y el resto de los pobladores. Hoy «estamos sobreviviendo con lo que pudimos reunir durante el verano, y es el único sustento que tenemos, porque no sabemos qué pasará más adelante, donde seguramente quedaremos de brazos cruzados. Acá dependemos de la pesca y muchos no han podido trabajar».

El gobernador Gonzálo Chacón les pidió sacar las piedras y dejar la vía habilitada, «pero le dijimos que mientras no pongan el cordón sanitario que estamos exigiendo, no vamos a bajar los brazos, pues de lo contrario se nos llenará el pueblo de personas contagiadas. Se hizo la solicitud y estamos esperando, pues sólo depende del alcalde. Mientras, seguimos acá 24/7».

Chacón se juntó este jueves con los vecinos para que dejaran una de las vías de acceso despejada, «y nos comentaron del temor que tenían del coronavirus, por lo que pidieron gestionar un control sanitario con el alcalde Marcelo Pereira. Así que me comprometí a conversar con el alcalde para ver la posibilidad de poner un control sanitario», afirmó la autoridad.

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