Velatones por Melissa se trasladaron a la Parte Alta, barrio que vio crecer a la víctima

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Hasta un sector de La Parte Alta, lugar donde viven los familiares de Mirta Ardiles (imputada en el homicidio de su hija Melissa), llegaron vecinos y agrupaciones feministas de Coquimbo para hacer una serie de homenajes a la menor fallecida el 26 de noviembre del año pasado, presuntamente a manos de su propia madre. Barrio que vio crecer a la víctima durante sus primeros años y que sigue consternado con la brutalidad de los últimos antecedentes. Mientras tanto, en La Cantera, la dueña del inmueble donde ocurrió el asesinato pretendería poner la casa en venta cuanto antes.

Los globos y consignas para buscar justicia se cambiaron este viernes desde la Villa Talinay hasta el Pasaje 9 del populoso sector porteño. En uno de los delitos más desgarradores del último tiempo, es necesario recordar que la pequeña asesinada creció en la Parte Alta.

Allí se le solía ver contenta, aparentemente disimulando un abandono que el tiempo y las investigaciones de Fiscalía y la PDI han arrojado en las últimas horas a la carpeta investigativa.

«Se veía todo normal en esa casa, si me hubiese llegado como rumor todo esto que ha salido a luz, tampoco me lo hubiese creído. Ahora si me preguntas, me llamaba la atención que a Melissa la mandaran mucho a cuidar a su hermanito, y eso siempre es malo, ya que privan a una chiquita de tener sus propias distracciones. Es conmovedor pensar que en ese techo podrían haber estado abusando de ella», cuenta una vecina del sector que dice conocer de cerca la historia.

Un poquito más arriba, en el sector de la Piedra Azul, fue detenido el miércoles pasado Luis Santander, padrastro de Melissa, acusado por el Ministerio Público de violación y abusos sexuales reiterados desde el año 2014 a noviembre de 2020. Los exámenes del Servicio Médico Legal incluso habrían arrojado que horas antes de que se consumara el deceso de la niña, este hombre presuntamente habría cometido actos deshonestos con su hijastra.

En la audiencia a puertas cerradas realizada en la jornada del jueves, se estableció que durante el transcurso del 2014, el imputado, al interior del domicilio del sector Parte Alta, en circunstancias que se encontraba al cuidado de la niña, abusó sexualmente de ella. Situación denunciada por la imputada, que sin embargo en el transcurso de la investigación penal de estos hechos, provocó la retractación de la víctima en las distintas instancias investigativas.

El padrastro habría estado todo este tiempo en casa de una hermana de Mirta. Lo anterior provoca suspicacias de la gente de la calle Alonso de Ercilla. «Claramente la familia de la mamá le cree todo, por algo lo tuvieron en la casa. La idea de nosotras en esta velatón es que ellos tomen conciencia de que cometieron muchos errores, que sepan que nosotros estamos dolidos como vecinos y que condenamos el actuar que tuvo cada uno de los implicados en la muerte de Melissa», dice una joven que participó del acto y que vive cerca de la familia Ardiles.

Este tipo de ceremonias que lideran agrupaciones feministas se han realizado como juramento cada mes que se cumple un nuevo aniversario del homicidio. El lugar siempre había sido la calle Papa Anacleto, en La Talinay, donde se desencadenó el crimen. En el sitio se juntan cada 26 con megáfonos y parlantes. Con pancartas y oraciones. Aquel pasaje parece haber muerto también con Melissa esa tarde, y es que el silencio que abunda al pasar conmueve. Las fotos de la menor siguen intactas, igual que todos los regalos que se divisan en la fachada.

El Ministerio Público puso sobre la mesa que el imputado había tenido una separación con Mirta, pero la retomó a mediados del 2020, trasladándose a vivir a inicios de septiembre del mismo año con el imputado, la víctima y el hijo en común, al domicilio antes mencionado en La Cantera. Lamentablemente la fiscalía concluyó que a partir de esa fecha y hasta el 26 de noviembre de 2020, Luis Santander habría efectuado actos de significación sexual reiterados contra Melissa.

En La Cantera llevaban solo meses viviendo antes del crimen. La madre de Melissa, supuestamente buscando mejor espacio para su familia, quiso escapar de la Parte Alta. La delincuencia, pero sobre el hacinamiento la motivaron a emigrar. Así habría logrado amarrar sorpresivamente el arriendo de una casa de segundo piso. El vínculo lo hizo con una señora que le habría dado muchas facilidades de pago, incluso aceptó el arribo de los Santander-Ardiles sin tener siquiera contratos de trabajo. Puesto que la mujer que cumple prisión preventiva se dedicó gran parte de su vida a trabajar en shoperías del puerto, sin tener estabilidad alguna en lo laboral. En medio de toda la incertidumbre, fuentes de LA REGIÓN aseguran que la vivienda pasará a venta dentro de poco tiempo.

Cabe recordar que el Juzgado de Garantía de Coquimbo decretó la medida cautelar de prisión preventiva de Luis Santander, imputado por el Ministerio Público como autor del delito reiterado de violación y abuso sexual impropio de la hija de su pareja. Ilícitos perpetrados en 2014 y 2020 en la ciudad.

En la audiencia de formalización de la investigación, la magistrada Nury Benavides Retamal ordenó el ingreso del imputado al complejo penitenciario de La Serena, por considerar que la libertad del imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad. Además fijó un plazo de investigación de 40 días.

En paralelo, la investigación por los delitos de parricidio e incendio que tiene en presión preventiva a Mirta Ardiles, cuenta como fecha de tope el 30 de noviembre, cuatro días después que se cumpla un año de uno de los hechos más terribles que la zona tenga registro.

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