La actividad organizada por el Colegio Joaquín Vicuña Larraín, reunió a alrededor de 300 estudiantes de las regiones de Atacama y Coquimbo. Las bandas Neftalí Reyes de El Tambo, Enrique Rojas Alcayaga, de Peralillo, Leonardo da Vinci, del colegio del mismo nombre, Pedro Enrique Caroca Lazo, del colegio Joaquín Vicuña, Luis Armando Martínez de la escuela Lucila Godoy Alcayaga, Húsares del colegio Tomasa Olivares Caamaño, de Coquimbo y la banda de guerra Escorpiones de Atacama, del liceo San Francisco de Vallenar, participaron del IX Encuentro Interregional de Bandas Escolares de Guerra que se vivió en Vicuña.
Marta Ruz directora del Colegio Joaquín Vicuña Larraín explicó que esta iniciativa se retomó después de un largo periodo sin realizarse. «Recalca los valores de responsabilidad, marcialidad, respeto, honor, dedicación y abnegación sobre todo a la banda».
El estudiante Hans Pizarro, de la banda Luis Armando Martínez, comenta que quiso tocar en una banda de guerra al ver a su tío. «El tocaba en la banda de guerra de Iquique, él me enseñó a tocar el clarín (…) nos juntamos a ensayar dos o tres veces antes del desfile y si no hay ningún evento practicamos igual para no perder el ritmo» dijo Hans Pizarro.
Manuel Herrera es el segundo instructor de Escorpiones de Atacama quien valoró la invitación sobre todo considerando la trayectoria de la banda de la que forma parte. «Nosotros venimos compitiendo en diferentes torneos nacionales, hace poco ganamos el tercer lugar nacional en la ciudad de Viña del Mar, teniendo como segundo tambor mayor y en clarín también, y el primer lugar tuvimos en el estandarte (…) la disciplina es lo fundamental, es tener coordinación con los niños, esto es algo que debiera aplicarse en todos los colegios de tener una banda, la disciplina, el honor y la amistad, se forma una familia con diferentes estratos sociales, es recuperar esa energía que se está perdiendo en la juventud».
El alcalde de Vicuña, Rafael Vera, se manifestó encantado por presenciar los talentos de los niños y jóvenes. «Esto demuestra una vez más que instancias colectivas y no individuales cuando tenemos 30, 40 o 50 muchachos, si uno se equivoca, perjudica el trabajo de todos y acá hemos visto un trabajo excepcional».
