En tres jornadas se efectuó la prueba sobre un piso polvoriento, con muchas piedras y salientes de roca, bordeando cerros y precipicios, con pasos de regadíos que complicó las electrónicas de las máquinas, mientras que en la jornada del domingo hubo neblina. Sin embargo, a todos estos obstáculos supo sobreponerse Vidaurre aplicando paciencia, calma, experiencia e inteligencia, con un registro de 1 hora 29 minutos 50 segundos 9 décimas, seguido sólo a 7 segundos 2 décimas por Benjamín Israel (Citroën DS3) y por Jorge Martínez Fontena (Citroën DS3) a 54 segundos del ganador.
«Estoy muy feliz. Fue una carrera más que difícil y desde el inicio anticipamos que la ruta iba a ser complicada porque era una ruta nueva que la hacía aún más compleja. Además, hoy corrimos con neblina en la montaña donde pasamos mucho susto. La verdad que todo lo que uno diga de esta carrera es poco. Había que vivirlo para sobrevivir», expresó Cristóbal Vidaurre.
La competencia largó el viernes con una Superespecial nocturna, continuando el sábado con un trayecto largo y sinuoso, para concluir el domingo con una mañana con neblina en la precordillera que obligó a la suspensión de una de las especiales por seguridad para los pilotos, y donde no faltaron las salidas de pista y los volcamientos, entre ellos el de Francisco «Chaleco» López, quien se pudo reintegrar a la carrera. Este es el primer triunfo de Vidaurre en la temporada y aunque antes no había ganado, estaba en el primer lugar del ranking.
