Con este trabajo, en base a tecnología de tecnosuelo, debería terminarse el problema del viento y del polvo, ya que estos residuos quedan completamente encapsulados, destacó el académico y director de proyecto de la Universidad de Chile.

Por René Martínez Rojas

Un relave urbano que se transforme en bosque. Eso pensó el doctor Gerardo Soto, académico del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Universidad de Chile. Lo cierto es que lo imaginó hace algunos años y la idea ayer se convirtió en realidad.

Y fueron alumnos de cinco establecimientos educacionales de la comuna de Andacollo que plantaron los primeros árboles en un terreno donde antes había un pasivo ambiental, el relave Clavelina 1, que desde hoy se transformará en un pulmón verde para la comuna.
Un programa de economía circular que será administrado por la Fundación Andacollina Oro Verde e impulsado por la casa de estudios, la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) y apoyada por la minera Teck y el Gobierno Regional, gracias al proyecto FIC-R «Sitios con potencial presencia de contaminantes».

«Aquí hubo un montón de actores que en forma anónima y solidaria nos ayudaron. Cuesta llegar a este tipo de desarrollo, pero cuando uno logra hacer las cosas bien, madurar y tener el tesón y el empuje de sortear todo tipo de dificultades que ustedes se puedan imaginar, la invitación es que sí se puede», sostuvo Gerardo Soto, director del proyecto.

Reconoce que nunca hubo una perforación y excavación «y nunca tuvimos que intervenir nada para poder conseguir los materiales, sino que simplemente hicimos uso de material que existía. ¿Sabe? El relave queda completamente sellado, aislado al medio ambiente. Es seguro para la comunidad. Una solución sostenible en el largo plazo».

Con esto –advierte- se terminan los problemas asociados al relave, pues se acaba el problema del viento, del polvo y del agua que le entra, «ya que éste queda completamente encapsulado y reforestado. Y por supuesto que las plantas son el compañero perfecto para sostener el suelo, que es el que hace el trabajo…».

Para Francisco Aguirre, gerente de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP), lo de ayer fue un anhelado proyecto «de nuestro eje de medio ambiente y sostenibilidad», por cuanto «hemos podido concretar un deseo de la comunidad y de todos los actores que se articulan en el mundo de la minería. Estamos haciendo una justicia ambiental en la comuna de Andacollo, utilizando la tecnología a través de los tecnosuelos. Estamos esperanzados de que este proyecto, que pasa a manos de la Fundación Oro Verde, lo pueda conservar».

Presente en la actividad, el subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, manifestó su satisfacción como cartera y gobierno, toda vez «que los relaves mineros son una deuda, un desafío y un pendiente que tenemos. Acá hay una solución, una experiencia, la primera a nivel nacional, y por cierto que nos interesa que esto se replique en toda la comuna, en la región –que concentra más del 30% del total nacional- y en el país, pero también porque donde históricamente se ha visto un pasivo ambiental, vemos que se puede convertir en un activo, uno urbano, en este caso en un pulmón verde para una ciudad».

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa tu comentario!
Por favor ingresa tu nombre