El edil de La Serena, Roberto Jacob, entiende la preocupación de los locatarios de las ferias persas ante un inminente retorno de los ilegales a las calles, lo que mermaría sus ventas, dándoles un verdadero golpe de gracia. Asegura que se buscan fórmulas para sacarlos del entorno de La Recova, donde se ha vuelto a instalar, e indica que si las entidades de gobierno no lo hubiesen dejado solo, esto no se les estaría escapando de las manos una vez más.
Cada vez hay más temor e incertidumbre en el comercio establecido en general, pero sin duda quienes más afectados se sienten ante un probable regreso de los ambulantes a las calles, son los locatarios de las históricas ferias serenenses Las Cenizas y La Modelo. Han visto como poco a poco el centro se ha ido quedando vacío, mermando sus ventas, por lo que el comercio ilegal no sería más que darles el tiro de gracia a estos recintos, que tanto han luchado por mantenerse en pie, pero que sin embargo siempre ven escollos en su camino para poder afirmarse definitivamente.
José Gastón lleva prácticamente toda su vida como comerciante en la Feria Modelo, y hoy ve con tristeza cómo día a día la amenaza de cierre se percibe más cercana, y ellos, por más que cumplen las normas de las distintas entidades, como pagar patente, arriendo, etc… nadie les presta apoyo para continuar su labor. «Al final uno ve a que a los que más apoyan es a los ambulantes, entonces quedas descolocado, porque a ellos se les dio su lugar. Lo que pasa es que no les gusta pagar, por eso vuelven y vuelven a la calle, por más que les regalen un lugar», remarcó el comerciante.
La dirigente histórica de la feria que se haya adyacente, Ivone Montiel, apunta a la competencia desleal que significa tener a los ambulantes una vez más. «Fueron una pesadilla para nosotros y no tenemos por qué volverla a vivir», asegura Montiel desde la feria persa.
Ana María Gallardo no lo ha pasado bien, pero se niega a dejar su puesto, por más que hoy por hoy, incluso, «se vaya a pérdida». Ella es una de las que lo perdió todo en el último de los incendios, pero logró reconstruirse. Sin embargo ahora, que logra cierta estabilidad, le vienen con la peor de las noticias. «Sí he estado viendo y leyendo diarios, y me he informado de que al parecer ya no quieren estar en el lugar que se destinó para ellos. Me parece grave, porque hicieron un compromiso», remarcó.
Don Sergio Barahona es otro de los históricos de las ferias persas. «Lo que pasa es que a ellos, los ambulantes, no les gusta pagar nada, si algún día tienen que formalizarse. Cómo les va a costar tanto independizarse y tener su localcito con todo en regla, por qué esa manía de querer la plata fácil, siendo que hay tanta gente que la lucha por tener algo», dice.
La preocupación de las autoridades es transversal, y al alcalde de La Serena parece habérsele acabado la paciencia respecto a los ambulantes, ya que les dio todas las facilidades y no le cumplieron. «Estuvimos dos años para tenerles un lugar digno, donde ellos pudieran vender, pero lamentablemente a ellos les faltó saber qué es lo que representaba ser empresario o pequeño empresario», expone Roberto Jacob.
Pero a su vez, el edil manifiesta que en algún momento las distintas entidades se desligaron del tema y el municipio quedó solo. «Faltó el apoyo de Corfo, de Sercotec, de Fosis, que estuvieron cuando nosotros inauguramos ahí, pero después no estuvieron, entonces ahora el compromiso que hicimos con el delegado presidencial es que vayan a terreno y vayan a mostrar qué es lo que tienen y a qué pueden acceder. Nosotros hicimos la pega y al final terminamos haciéndola solos. Y ahora nos queda hacer lo mismo. No vamos a permitir que los ambulantes vuelvan al centro y no vamos a permitir que todo lo ganado se pierda por unos pocos», sostuvo Jacob.
Señala que, en el corto plazo, y tras la reunión con Carabineros, seguridad municipal y el delegado presidencial, tienen un plan para despejar el sector de La Recova. Claro, con el compromiso que vuelvan al mercado, pero es complejo, porque tal como lo señalan los comerciantes de las ferias persa, ellos no estarían dispuestos a seguir pagando y además en un lugar donde las ventas no serían buenas.
