De estos nueve homicidios, gran parte han sido cometidos con arma de fuego, lo que da cuenta de la importante penetración que ha tenido el crimen organizado en la región. En la Brigada de Homicidios de la PDI trabajan intensamente y han obtenido resultados en seis de los casos. Todavía faltan tres, incluido el de César Godoy (40). Cabe señalar, eso sí, que en número los hechos de sangre han disminuido en relación al 2023, lo que parece no bajar es la brutalidad de los delincuentes.
Se sabía que salvar su vida era complejo. De hecho, en Coquimbo ya calificaban como «un milagro» el que no hubiese fallecido. Incluso, el miércoles por la tarde desde el nosocomio porteño enviaron un desalentador comunicado, enfatizando en las dificultades que habían tenido para tratarlo, dada la gravedad de sus lesiones. Claro, un disparo en la cabeza no es cualquier cosa. En tal sentido, el doctor Héctor Ugarte, jefe de la Unidad de Pacientes Críticos, señaló que había sido sometido a reanimación. «Este paciente, de 40 años, ingreso el lunes a la Unidad de Urgencia producto de una herida de bala en su cráneo. Fue reanimado, entubado y conectado a un ventilador mecánico», manifestó el médico.
Ugarte explicó que al paciente se le hicieron todos los exámenes y que las posibilidades de sobrevivir eran pocas. «Se le hizo un scanner, donde demostró lesiones severas en su cerebro, muy graves, con pocas probabilidades de sobrevivir. Sin embargo, igual ingresó a nuestra unidad y se ha estado apoyando lo que más se ha podido, pero su evolución ha sido muy mala. Está muy dañado por la herida a bala y se mantiene inconsciente conectado a un ventilador mecánico», concluyó el doctor, como en una premonición de lo que ocurriría más tarde, ya que falleció en horas de la madrugada de ayer, constituyéndose así en el noveno homicidio en lo que va del año en la Región de Coquimbo y el segundo en menos de una semana.
El «accidente»
Recordemos que el lamentable hecho se produjo el lunes por la tarde, a eso de las 14.30 horas, específicamente en la Ruta 5 Norte, a altura de la intersección con Juan de Dios Peni, en La Serena, cuando un vehículo impactó de manera sorpresiva con su parte delantera contra un camión de carga que estaba estacionado, quedando incrustado en su costado derecho.
Identificado
Se trataba de César Godoy, ciudadano chileno de 40 años, trabajador del rubro minero, quien en ese momento se encontraba «haciendo algunas carreras» como conductor de aplicación, que era a lo que se dedicaba cuando estaba de descanso para generar ingresos extras, ya que debía mantener a dos hijos.
Ese día, César salió de la casa de sus padres, en Las Compañías, lugar donde estaba viviendo desde su separación, y nada hacía presagiar que aquella sería la última vez que lo verían con vida.
Fue su hermano quien, en conversación con Diario La Región, contó que como familia se enteraron a través de las redes sociales de lo que había ocurrido, pero al principio, como todos, pensaron que se trataba sólo de un accidente, por lo que no cayeron en cuenta cuando les dijeron que el hombre tenía un disparo en la cabeza.
Las tesis
La Brigada de Homicidios de la PDI continúa investigando y existirían tres líneas investigativas principales. En primer lugar está la hipótesis del asalto u homicidio sin ninguna planificación previa, que es la que hasta el momento correría con ventaja, dada la conducta anterior intachable de la víctima, quien a sus cuarenta años no presenta antecedentes penales de ningún tipo; pero también hay otras tesis, como la que dice relación con que Godoy haya tenido una discusión con algún pasajero, la que finalizó con el brutal ataque al conductor. Otra tiene que ver con una persecución previa por parte de unos motociclistas, y por otra parte está la teoría de que el hombre haya sido ultimado por una terrible coincidencia, debido a que muy cerca del sector donde vivía, había otro vehículo muy parecido al de Cesar, cuyo dueño tenía problemas con la delincuencia. Según su hermano, José Gómez, pudieron haberlo confundido.
